Siempre hay una buena excusa para acercarse al río y un paro nacional suele convertirse en una ocasión por demás de tentadora para hacerlo. Eso es quizás lo que pensaron los cientos de rosarinos que ayer colmaron la Rambla Catalunya y el balneario La Florida. Además, el día por momentos acompañó, aunque entrada la tarde se volvió demasiado agobiante. Las reposeras coparon la playa y las familias se mezclaron con los grupos de adolescentes que volvieron a recrear una vez más el legendario juego de las miradas. Por allí andaba Patricia, un ama de casa que tomaba mate junto a su marido al tiempo que expresaba lo que parece una sensación general: "Es increíble, en vez de darnos trabajo el gobierno nos quita lo poco que tenemos".
| |