La gran cita de la tarde en el Jockey Club era el segundo turno. Más allá de las expectativas, del ránking y del presente de cada uno de los jugadores, el choque entre el número uno de Argentina, Guillermo Cañas, y Mariano Zabaleta, cuartofinalista en el último abierto de los Estados Unidos, aparecía como el enfrentamiento más atractivo y más parejo de la primera ronda. Y cumplieron ampliamente con los presagios.
Jugaron un gran partido durante 2 horas y 25 minutos, con pasajes de gran nivel y pusieron en aprietos al público, que en muchos pasajes no supo a cuál de los dos otorgarle su aliento. Es que se brindaron con una entrega profesional que, por la jerarquía de ambos, aseguraba un juego de altísimo nivel. En medio de un duelo muy parejo, el tandilense Zabaleta sacó provecho de su mayor regularidad y se quedó con el partido por 7/6 (7/4), 1/6 y 7/5.
Más allá de la superioridad de Cañas en el segundo parcial, el partido, con síntomas y nivel de final, fue una delicia para los espectadores ya que se encontraron con un buen porcentaje del Cañas que se instaló en el 14º lugar del ránking mundial y con un Zabaleta muy parecido al que trepó hasta meterse entre los ocho mejores del último Grand Slam del año.
En el primer set (55 minutos), Mariano arrancó 2/0, pero enseguida llegó la igualdad de Guillermo y después no volvieron a quebrarse hasta el tie break. Allí prevalecieron la contundencia en el saque y una mayor concentración del ganador.
Un respiro
La histórica inestabilidad de Zabaleta, profundizada por una mejoría notable de Cañas, desvirtuaron la paridad en el segundo parcial. El resultado fue un verdadero trámite para Cañitas que en apenas media hora empató el partido con un claro y sencillo 6/1.
Después de un primer juego en el que el tenista de Tapiales levantó cuatro break points que hubieran complicado muchísimo su futuro en el partido, llegó un monólogo que sólo se interrumpió en el cuarto juego cuando Zabaleta pudo mantener su servicio y ponerse 1/3.
Cañas rompió el saque de Zabaleta en el inicio del último parcial del partido, pero no significaría más que una tendencia de los primeros cuatro juegos del set. Hasta allí llegaron con un 2/2 producto de cuatro quiebres consecutivos de servicio.
Desde allí hasta el final del 11º juego la regularidad marcó el ritmo a la par del oscurecimiento del día, que amenazaba porque las nubes empezaron a complicar la visibilidad.
Cañas sacó 30/15 en el último game y se hubiera puesto 40/15 si los jueces de línea -de muy floja tarea durante toda la jornada- hubieran cobrado mala una pelota de Zabaleta que fue claramente ancha. El tandilense no desperdició el momento, ganó el punto siguiente y remató el partido con el primer match point.
Más allá del resultado, anecdótico, los dos ofrecieron la jerarquía, el profesionalismo y el tenis requeridos. Cumplieron con su parte y el público supo agradecérselos con la ovación del final.
La Ciudad
