Año CXXXV
 Nº 49.325
Rosario,
domingo  09 de
diciembre de 2001
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Se fugó de una comisaría y lo detuvieron al asaltar un negocio
Un prófugo de la seccional 19ª cayó tras robar a mano armada en Santa Fe al 2500

Ariel Etcheverry

Uno de los presos que el 25 de noviembre se había evadido de la seccional 19ª fue detenido cuando terminaba de cometer un nuevo atraco. Diego Fernández permaneció en libertad casi dos semanas hasta que el viernes pasado asaltó junto a un cómplice un local de venta de artículos para el hogar y fue arrestado por la policía cuando intentaba subirse a un taxi con una bolsa de nailon cargada con estéreos, walkmans y una cámara fotográfica, entre otros elementos. Cuando lo llevaron detenido a la seccional 7ª dio un nombre falso, por eso recién ayer a la mañana con los datos confirmados de su prontuario se supo quién era.
El asalto que puso otra vez a Fernández tras las rejas ocurrió alrededor de las 12.45 en Casa Dómina, de Santa Fe al 2500. Luciano Dómina, el titular del negocio, se encontraba con un viajante cuando apareció primero un muchacho que se acercó de inmediato hacia ellos. Después se comprobaría que ese hombre era Fernández. "Enseguida se levantó la remera y sacó un arma. Atrás de él entró otro. El que nos apuntaba estaba como enloquecido y nos ordenó que fuéramos para atrás", recordó ayer el comerciante.
La secuencia del hecho continuó con Dómina y el viajante encerrados en el baño trasero del local. Allí quedaron mientras los ladrones comenzaban a tomar lo primero que encontraban. Para ese objetivo, uno de ellos sacó la envoltura de plástico de un colchón y comenzó a guardar los artefactos de audio más tentadores que se exhibían en la vidriera.
En diálogo con La Capital, Dómina revivió un momento de mucha tensión. "Estábamos encerrados en el baño y por unos minutos dejamos de escuchar ruidos. Creíamos que los ladrones se habían retirado y decidimos salir del baño. Pero los tipos seguían adentro. El que tenía el revólver se puso como loco cuando nos vio salir del baño y nos pegó varios culatazos en la cabeza para que entráramos otra vez al baño", contó el dueño del negocio. "De ahí no nos movimos hasta que estuvimos seguros de que se habían ido", agregó.
Fernández y su cómplice guardaron en la bolsa equipos de audio, una máquina fotográfica, otros electrodomésticos y el teléfono celular de una de las víctimas. Al salir a la calle Fernández intentó subirse a un taxi, pero unos vecinos lo vieron salir del negocio en actitud sospechosa y con el bolso en las manos. Entonces intentaron demorarlo y llamaron a la policía. Su compinche, en tanto, habría fugado a pie.
En pocos minutos, un móvil de la seccional 6ª que estaba cerca del lugar llegó y detuvo al sospechoso. Testigos de ese procedimiento contaron que Fernández desconocía el delito que le imputaban hasta que un policía le encontró el arma en su poder. Al ser trasladado a la seccional 7ª, en cuya jurisdicción sucedió el robo calificado, el imputado dio un nombre falso.
Según fuentes policiales, el hombre dijo llamarse Fabián Barrios, pero al estar bajo proceso judicial se le tomaron sus huellas dactilares. De esa forma se confirmó ayer a la mañana que en realidad es Diego Fernández, uno de los 7 presos que el domingo 25 de noviembre escaparon de la seccional 19ª.



Luciano Dómina fue la víctima que eligió Fernández.
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