Todos los días, en Liverpool, una procesión de fanáticos de los Beatles se detiene frente a una casa pequeña y colorida, en el número 12 de la calle Arnold Grove. Es un barrio humilde, un barrio de obreros, de calles angostas y paredes siempre húmedas. Ahí, donde el cielo siempre parece estar gris, nació y se crió George Harrison.
Los vecinos ya están acostumbrados a los fans que deambulan por el lugar, y los saludan como si se tratase de viejos conocidos. La casa natal de Harrison poco tiene que ver con las de Paul McCartney y John Lennon, que están ubicadas en barrios residenciales y parecen amplias y luminosas.
El origen humilde de Harrison marcó muchas de sus actitudes cuando se convirtió en un personaje rico y famoso. Cuenta una anécdota que, en plena época de la beatlemanía, los Cuatro de Liverpool fueron recibidos con lujos y manjares en un antiguo colegio de Oxford. Sin dejarse impresionar por el entorno, George se limitó a llamar a un mozo para cambiarle un autógrafo por una simple medialuna.