La Copa Toyota, que antes se conocía como Intercontinental, nació un 28 de noviembre de 1980 en la habitación 212 del hotel Excelsior de Roma y fue el único medio posible para que la tradicional final entre los campeones de América y Europa pudiera subsistir. La Copa Europeo-Sudamericana que comenzó a jugarse en 1960 estaba a punto de desaparecer debido a que era casi una misión imposible armar los calendarios de ambos campeones. Además, se sumaban problemas de viajes, ya que los europeos no querían saber nada con viajar a Sudamérica. Por eso no se jugaron las ediciones de 1975 y 1978. La solución surgió en 1980 gracias al deseo de los japoneses por revitalizar el fútbol en su país, y para cumplir ese objetivo ofrecieron albergar la final todos los años en Asia, con el auspicio de la empresa automotriz Toyota. El 28 de noviembre se reunieron en el hotel Excelsior de Roma los dirigentes de Nacional de Uruguay (campeón de América) junto con su par del Nottingham Forest de Inglaterra (campeón de Europa), y dirigentes de la Uefa y la Confederación Sudamericana. La Confederación Sudamericana y la Unión Europea de Fútbol avalaron el cambio de reglamentación y denominación del trofeo, fijándose un alargue y penales en caso de igualdad. (Télam)
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