Nicolás Pavlovich vivió en el Coloso una tarde a puro gol. Una tarde de ensueño, de esas que los goleadores siempre imaginan. Su actuación, al igual que la del interminable Julio César Saldaña, fue decisiva para el triunfo de Newell's, no sólo por el aporte que hizo con sus tres goles (lleva 6 en el torneo y 13 en su carrera en primera), sino porque fue una pesadilla constante para los vacilantes e inseguros defensores quemeros. Apareció en el arranque mismo del partido cuando le ganó la espalda a Lobos y forzó al defensor a que le cometiera penal, que transformó en gol al fusilar al indefenso Ríos. Después apareció en dos ocasiones más para empujar al gol primero un centro perfecto de Mauro Rosales, tras una deliciosa habilitación de Larry, y después para tocar otro de Leandro Grech. Claro que no estuvo sólo en eso, porque ayer Rosales volvió a ser el delantero incisivo que asomó en primera de la mano de Rebottaro. Dejó de lado las insinuaciones y concretó todo lo bueno con que amenazó en otras oportunidades. Pero independientemente del valor agregado de los goles, Nico aportó su movilidad habitual, su inquebrantable voluntad y se movió con criterio por todo el frente de ataque. Junto a la madurez que va adquiriendo el equipo, el balcarceño es uno de los jugadores que más creció en este Apertura, al punto que hoy Nico es uno de los indiscutidos del equipo de Llop. Y eso que hasta ayer sólo había hecho 3 goles en el torneo. Pero con los que le convirtió a Huracán marcó 5 en los últimos cuatro partidos. Poco importó que en el segundo se equivocara en la definición ante Ríos, tras una habilitación perfecta del pibe Marino, ni que pecara de egoísta cuando probó suerte desde lejos cuando otros compañeros estaban mejor ubicados. Porque Nico ya le había entregado todo al equipo, y así lo entendió la gente que despidió al goleador -lo reemplazó Gigena a los 81'- con una ovación bien merecida. "Cuando se tranquilice va a ser un delantero temible", esgrimió su compañero Diego Luque en la semana y Nico ya le empezó a contestar en la cancha, donde tuvo su tarde de gloria.
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