Juan Carlos Toto Lorenzo, que alcanzó la gloria en la Argentina al dirigir a Boca Juniors y a San Lorenzo y fue conductor del seleccionado nacional en dos mundiales, murió ayer a la edad de 79 años.
"El desenlace esperado llegó esta madrugada, por suerte bastante bien para él, con toda su familia a su lado y en gracia de Dios", informó ayer a la mañana a programas radiofónicos su hijo Carlos.
El velatorio se realizó en O'Higgins 2842, del barrio porteño de Belgrano y sus restos recibirán sepultura hoy en un cementerio privado.
El era un admirador del organizado fútbol europeo, gustaba introducir algunas ideas aquí y era más de bien del tipo de profesor, el Mister, con un pasado no brillante como jugador.
No obstante, Lorenzo, entreala derecho o izquierdo, había jugado en Chacarita Juniors (1940-44, con 79 partidos y 20 goles), Boca Juniors (1945-47, con 25 y 8) y continuidad europea en Sampdoria de Italia, Nancy de Francia y Atlético de Madrid, de España.
Un técnico europeo
Cursó como técnico en Europa y allí sorprendió de arranque mandando en dos temporadas de tercera a primera al por entonces modesto Real Mallorca, de España. Desembarcó en la Argentina con un subcampeonato con San Lorenzo en 1961.
A caballo de ese éxito llegó al seleccionado nacional para dirigirlo en el Mundial 1962 de Chile (eliminado en la primera ronda) para saltar a Italia con Roma y Lazio, otro de los clubes en los que dejó una huella profunda.
En 1965 el Toto volvió a San Lorenzo y en tiempos de selección no permanente le ofrecieron la selección poco antes del Mundial de 1966 en Inglaterra, donde el equipo cayó en cuartos de final ante el local y luego campeón, Inglaterra, en el recordado partido del desplante del Rata Rattín a la reina inglesa.
En 1967 agregó otro fracaso a los que por esos años abundaban en River y después de otra pasada por Europa regresó a San Lorenzo para dirigir al equipo en memorables campañas que terminaron con el bicampeonato de 1972, Metropolitano y Nacional, este último invicto.
Luego fue subcampeón de Europa con el Atlético de Madrid (perdió la final con el Bayern Munich de Alemania) y volvió a la Argentina para llevar a primera a Unión.
Recaló en Boca y allí vivió grandes campañas que terminaron en la obtención de un Metropolitano y un Nacional, dos Copas Libertadores de América (venció en una final a Cruzeiro de Brasil y en otra al Deportivo Cali, de Colombia, que era dirigido por Bilardo) y una Copa Intercontinental, con victoria ante los alemanes del Borussia Moenchengladbach.
Siguió en Racing y fue uno más en plena malaria académica, luego en Atlante de México, otra vez San Lorenzo, en la campaña de 1981 que terminó en descenso, Vélez, Atlanta (ascenso a Primera en 1983), Independiente Santa Fe de Colombia, Lazio y un paso breve y final por Boca en 1987.
El Toto, que hacía rato era un recuerdo, murió ayer a la madrugada en su casa, en un desenlace esperado, "con toda su familia a su lado", según explicó su hijo Carlos.
Había sido el Toto en el personaje que encarnó en el fútbol y que ya había caducado hacía mucho. Ayer murió el otro, el ciudadano, el que había nacido eL 27 de octubre de 1922 y vivido en Suipacha 956, de Capital Federal, hijo de gallegos, José Lorenzo, zapatero y Rosa Pereira, planchadora. (DyN)