Nueva York.- Una inspección general de los motores del avión que cubría el vuelo 587 de American Airlines no mostró evidencias de falla interna, según expresaron ayer funcionarios que indagan qué provocó que el avión se estrellara, causando la muerte de por lo menos 269 personas. "La inspección general no muestra evidencia alguna de falla interna de los motores. Todo parece estar en forma", afirmó en una conferencia de prensa George Black, de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB).
Los investigadores informaron no haber encontrado evidencias de restos de pájaros u objetos extraños en los motores del avión que cayó el lunes sobre el barrio neoyorquino de Queens.
Los investigadores de la NTSB han estado examinando minuciosamente los motores General Electric de la serie CF680C2, en busca de pistas que expliquen por qué el avión cayó a tierra el lunes minutos después de despegar del aeropuerto Kennedy, de Nueva York, con destino a Santo Domingo. En una conferencia de prensa, Black dijo que el análisis inicial de la grabadora de voz de la cabina de mando del avión siniestrado reveló que el aparato se sacudió fuertemente dos veces antes de que los pilotos perdieran el control. El avión cayó en el vecindario de Rockaway, en el distrito de Queens.
En el análisis de la caja negra encontrada el lunes se advierte normalidad en la primera parte del despegue, pero un ruido estructural extraño en el segundo 107 de la grabación. Otro ruido extraño se sintió en el segundo 121. En el segundo 125 el copiloto pidió máxima potencia, mientras en el segundo 127 una serie de comentarios hacen suponer la pérdida de control del aparato. La grabación termina en el segundo 144.
Grabaciones de voz
La caja negra analizada hasta ahora contiene las conversaciones de los pilotos y los sonidos de la cabina. La segunda caja, con datos técnicos, está siendo analizada por los expertos. Previamente, los expertos de la NTSB habían considerado que la causa más probable del accidente era un desperfecto en una de las turbinas. "Todo apunta a un accidente", declaró el presidente de la NTSB, Marion Blakey.
Al menos 269 personas perdieron la vida cuando el avión se precipitó sobre el sur del barrio de Queens, en Nueva York, en la zona de Rockaway, tras despegar del aeropuerto John F. Kennedy, en dirección a la República Dominicana, donde ayer fue declarado día de luto nacional, dado que 170 pasajeros, de los 260 que viajaban en la nave, eran de esa nación caribeña.
Los investigadores no excluyen la posibilidad de un atentado terrorista -en medio de la psicosis por los ataques del pasado 11 de septiembre- pero se consideraba como la hipótesis más probable que se tratara de un fallo de una de las turbinas, de la firma estadounidense General Electric. Pocos días después del comienzo de los bombardeos sobre Afganistán, el grupo Al Qaeda amenazó:"La lluvia de aviones no se detendrá".
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Ari Fleischer, declaró a la emisora CNN que no se ha descartado por ahora ninguna hipótesis. La policía de Nueva York informó ayer que se habían recuperado 265 cadáveres de entre los restos calcinados de la malograda aeronave, de origen europeo. A bordo del avión había -además de los adultos- cinco niños pequeños.
El avión se estrelló apenas dos minutos después de despegar a las 9.14 del lunes, hora de Nueva York. Algunos testigos dijeron que habían visto trozos cayendo del aparato, antes de que se estrellara en una zona residencial en Rockaway, una península entre la bahía de Jamaica y el océano Atlántico. (Reuters y DPA)