Iván Castro
Managua. - Orgullosos por su contribución a la democracia en Nicaragua, aunque en el olvido social, los lisiados por las últimas guerras que desangraron al país esperan que su situación mejore con un triunfo electoral de la oposición sandinista. Para los heridos de guerra, los sandinistas representan su mejor opción. "Necesitamos educación y salud, y sólo los sandinistas lo van a dar", dijo tras votar Larry Téllez, lisiado por fragmentos de un mortero que le amputaron las piernas en junio de 1979, un mes antes del derrocamiento del dictador Anastasio Somoza. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) luchó como guerrillas contra Somoza por más de una década hasta que tomó el poder el 19 de julio de 1979, pero su gobierno enfrentó la hostilidad de Estados Unidos, que patrocinó a los rebeldes "contras", ex somocistas, para combatirlos. La guerra de la "contra" dejó unos 30.000 muertos y miles de lisiados, quienes ahora se quejan de discriminación social y falta de oportunidades laborales para enfrentarse a la difícil situación económica del país. Ortega encabezó el gobierno del FSLN entre 1979 y 1990, pero perdió dos elecciones consecutivas y ayer era su tercer intento por retomar el poder. "Fuimos nosotros los que ganamos la democracia en este país, con las armas y con sangre, mucha lucha y lágrimas, pero fuimos nosotros", dijo Mario Estrada, un ex guerrillero sandinista de 40 años de edad. Estrada resultó herido por una ráfaga de fusil disparada por remanentes de la Guardia Nacional de Somoza solo cuatro meses después del triunfo sandinista de 1979 y luego de tres años de combatir al lado de las entonces guerrillas del FSLN. Mientras los votantes hacían filas para ingresar en las juntas receptoras de votos, pequeños grupos de lisiados de guerra, algunos empujando las sillas de ruedas de otros de sus compañeros, recibían facilidades para que pudieran sufragar. Javier Cortez, un veterano del ejército sandinista que resultó lisiado por la explosión de un mortero en 1983, dijo que cualquiera fuera el resultado de los comicios, "lo principal es que transcurran pacíficamente". Cortez no oculta sus preferencias por Ortega y señala que después de la primera derrota electoral de los sandinistas, que cayeron derrotados por Violeta Chamorro en 1990, se perdieron los beneficios para los discapacitados. "Ni los discapacitados de la resistencia (contras) pudieron tener acceso a los centros donde se podían capacitar", dijo Cortez mientras se movilizaba en su silla de ruedas en un centro de votación del barrio de Bolonia. (Reuters)
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