Jerusalén. - Tras considerar que está cumplida su misión, Israel planeaba ayer un retiro inminente de sus tropas, que incursionaron hace dos semanas, de los alrededores de la ciudad palestina de Qalqilya y de otras en Cisjordania, pese a un nuevo ataque terrorista palestino que asesinó a dos civiles israelíes en Jerusalén. Un militante palestino abrió fuego contra un autobús ayer en un populoso cruce en el noroeste de Jerusalén, dejando dos civiles muertos y a unos 50 heridos de diversa consideración, informaron fuentes policiales y médicas. La policía mató a balazos a uno de los atacantes. Radio Israel dijo que el ministro de Defensa, Binyamin Ben-Eliezer, informó al gabinete sobre el retiro de las ciudades cisjordanas, previsto para las próximas horas. El portavoz de Ben-Eliezer, Yarden Vatikay, y el secretario del Gabinete, Gideon Saar, no confirmaron el cronograma. Pero Saar dijo que Ben-Eliezer había informado a los miembros del gabinete que las incursiones y las detenciones recientes, sumados a los ataques selectivos contra extremistas palestinos, habían representado uno de los esfuerzos más exitosos de Israel para evitar atentados. Añadió que el ejército había recibido órdenes de preparar un plan para retirarse por etapas. Enfatizó que prevalecen las exigencias israelíes para que los palestinos arresten a los extremistas, y advirtió que la retirada no se llevará a cabo si Israel recibía alguna advertencia específica de ataques desde esas zonas. El canciller, Shimon Peres, agregó que su país se retirará "ciudad por ciudad" sólo en la medida que el lado palestino mantenga la paz y controle a los grupos terroristas. Israel lanzó una serie de incursiones dentro de zonas de tres ciudades cisjordanas, luego del 17 de octubre, cuando fue asesinado el ministro de turismo, Rehavan Zeevi, por parte de un grupo palestino extremista. Estados Unidos ha criticado con insistencia las incursiones de Israel y ha exigido un retiro inmediato. Washington sabe que las incursiones perjudiquen sus esfuerzos para obtener el apoyo árabe a su guerra en Afganistán. Entretanto, Sharon canceló un viaje a Estados Unidos, en el que preveía reunirse con el presidente George W. Bush el 11 de noviembre. La situación de seguridad obliga al primer ministro a permanecer en el país, dijo el vocero de Sharon. En lo que fue considerado como una prueba, Israel retiró sus tropas de Belén y Beit Jala la semana pasada, pero mantiene sus tanques en las zonas de Ramala, Tulkarem, Jenin y, hasta ayer, en Qalqilya. Estados Unidos presiona por el retiro total de las tropas, y a la vez exhorta a las dos partes a que reanuden las negociaciones, un pedido repetido en los últimos días por el jefe de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat. Sharon ha dicho que no negociará mientras continúe la violencia, aunque la semana pasada no mencionó esa condición en un discurso ante el Congreso Judío Mundial. Ayer, Israel lanzó misiles tierra-tierra hacia tres fábricas en el norte de Gaza, dijeron funcionarios palestinos y testigos. Helicópteros que sobrevolaron la zona dispararon proyectiles de grueso calibre, añadieron las fuentes. El ejército israelí dijo que en esas plantas se fabricaban proyectiles de mortero. (AP y Ansa)
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