Los productores del sur santafesino que viven en adyacencias a la cuenca de la Laguna La Picasa habían denunciado, hace quince días, que las aguas que perjudican a Laboulaye eran vertidas mediante canalizaciones clandestinas desde el oeste de esa provincia. El intendente de Rufino, Gustavo Dehesa, dio cuenta a la Dirección Provincial de Obras Hidráulicas de que se hicieron trabajos para acelerar el curso de las aguas hacia el este. Un relevamiento aéreo confirmó luego que había maquinaria, al oeste de Rufino, abriendo canales no autorizados para que se vayan uniendo diversas lagunas internas que existen en los campos, para luego conectarlas a las calles, de forma que estas quedan convertidas en caminos-canales. Los caminos así transformados, explica Dehesa, transportan agua y aceleran el curso de la misma respecto de lo que sería un escurrimiento natural. Entonces las masas hídricas dese Córdoba terminan en la cuenca de la Picasa. El intendente de Aarón Castellanos, Eduardo Salleras, se había sumado a los planteos respecto de las canalizaciones clandestinas, que hacen llegar el agua desde Córdoba hacia Santa Fe. "Lo lamento pero vamos a restituir la cota original de La Picasa de alguna manera, planteó.
| |