Kandahar. - Al menos 10 civiles murieron a causa de las bombas estadounidenses que destruyeron ayer un hospital de la ciudad afgana de Kandahar administrado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr), según fuentes talibán. Obaidullah, un trabajador de la clínica, expresó a un grupo de periodistas extranjeros transportados por los talibanes hasta Kandahar desde Pakistán, que el número de víctimas mortales podría ascender a 15. Por otra parte, el embajador talibán en Pakistán denunció que los bombardeos ya han causado 1.500 muertos. El ulema Abdul Salam Zaeef, embajador talibán en Pakistán, acusó a los estadounidenses de bombardeos deliberados de blancos civiles a fin de provocar una rebelión contra los talibanes y aseguró que, para provocar mayores daños, están lanzando "bombas racimo" con apariencia de paquetes con alimentos. Estados Unidos ha advertido de que los cilindros de las mortíferas bombas racimo, cuyas bombas pequeñas no siempre estallan, son amarillas, el mismo color del plástico que cubre los paquetes de alimentos que ha lanzado en Afganistán. "Un niño se convirtió en mártir en la provincia de Herat, tras tocar una bomba racimo lanzada por aviones estadounidenses", añadió el embajador talibán. Desde el 7 de octubre -el día en que comenzó el bombardeo a Afganistán-, los C-17 han efectuado hasta ahora 61 misiones humanitarias, habitualmente en grupos de dos a cuatro aviones. Cada uno lleva 17.000 raciones, y cada una de éstas contiene dos comidas. El total ha sido de 1.028.780. Por otra parte, fuerzas talibanes tomaron una oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en la fronteriza ciudad de Sin Boldak, al sur del país, informaron fuentes del organismo humanitario. Yusef Hassan, vocero de Acnur, dijo que los talibanes se apoderaron de la oficina sin advertencia previa, poniendo en riesgo los esfuerzos del organismo para que los refugiados afganos puedan cruzar las fronteras y radicarse en Pakistán, para escapar a la guerra y hambruna que azotan al país. En tanto, la autoridades paquistaníes suspendieron el ingreso de nuevos migrantes afganos en el paso de Shaman, al sudeste de país, informó Hassan. "Les dijeron a los refugiados que debían volver al campo de refugiados que está del lado afgano", explicó Hassan Desde el inicio de los bombardeos, Acnur intenta convencer al presidente paquistaní, Pervez Musharraf, de que abra las fronteras del país. Islamabad cerró sus fronteras por miedo a una llegada masiva de refugiados y sólo dejó entrar en los últimos días a los más necesitados. (Reuters, Télam y DPA)
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