Isidoro Gilbert
Finalmente el Frepaso quedó fracturado. La excusa la dio la discusión sobre si continuaba o no dentro de la Alianza en el bloque parlamentario. En realidad la ruptura fue múltiple, porque de hecho ya dejaron de pertenecer a la federación el Partido Socialista Democrático, el Intransigente y la democracia cristiana, pero ahora hay que computar la salida del PSP, aunque la decisión formal se adoptará en el encuentro partidario del 10 de noviembre (ver página 10). Y eso es lo que ocurrió ayer pese a los esfuerzos de Darío Alessandro por postergar la definición, convencido de que la grave coyuntura requiere coincidencias con el sector de Raúl Alfonsín. No lo vio así Rodolfo Vitar (la voz de los rupturistas), al que sus ahora adversarios identifican con la táctica de Chacho Alvarez, que intenta -dicen- rescatar la identidad contestataria del Frente Grande, con coincidencias con Elisa Carrió. Según Alessandro, 12 legisladores siguieron los pasos de Vitar pero seis -entre ellos Rodolfo Rodil- se mantendrán dentro del bloque de la Alianza. Ahora en la Cámara baja el PJ se convirtió en la primera minoría. La mala elección de la Alianza repercutió sobre el número de diputados electos del Frente Grande. De los cinco, tres irán a las filas de Vitar. En tanto la mayoría de los funcionarios, como Adriana Puiggrós o Diana Conti, aguardará la decisión que adopte el Frente Grande a nivel partidario, que en las próximas semanas realizará el congreso frentista. Allí debe dirimirse la línea política y quién será el referente. La puja está entablada entre Aníbal Ibarra y Juan Pablo Cafiero. Por otra parte, el martes almorzaron el socialista popular Rubén Giustiniani con el socialista democrático Jorge Rivas, ambos reelectos. No es el primer encuentro que tienen con el objetivo no declarado de revitalizar la vieja idea de unir en un solo partido al socialismo. En una comida en la embajada de Chile, el embajador Jorge Arrate les explicó a dirigentes de uno y otro sector la experiencia del partido socialista trasandino, tanto dentro del gobierno de la Concertación como en el proceso de reunificación de distintas escisiones del pasado. La historia alentó las intenciones de ambos. El PSD no quiere ser subsumido en el ARI, y el PSP tiene que meditar si su futuro no está en conservar su identidad actual y sus ideas de coincidencias con el sector progresista de la Unión Cívica Radical, algo que es bien visto, a diferencia de los hombres de Alfredo Bravo.
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