La sesión de hoy del Concejo promete alcanzar alto voltaje. Los temas que levantarán la temperatura en el recinto serán fundamentalmente dos: las reformas a la parroquia de Fisherton y la resolución de la comisión de Gobierno que obligará al radical Jorge Boasso a optar entre su función como edil y su rol de ejecutor fiscal de la Dirección General Impositiva (DGI). "Espero que sea una sesión vibrante, seria y responsable", dijo el presidente del cuerpo, Pablo Cribioli, quien además consideró que su par usandizaguista "cometió irregularidades" al mantener los dos cargos. "A todas luces son incompatibles desde el punto de vista ético y moral", agregó.
La reunión de Labor Parlamentaria con los presidentes de las bancadas para fijar el temario se realizará recién hoy a las 8.30 y la sesión está convocada para las 11.
De antemano se sabe que el proyecto propuesto por el Arzobispado para reformar la histórica parroquia de Fisherton será analizado por el cuerpo deliberativo. El tema que mantuvo convulsionado durante largo tiempo a este barrio del oeste rosarino tendrá hoy su desenlace. La propuesta del Arzobispado contará con los votos necesarios para que prospere la reforma a la capilla. El ex cavallerista Jorge Aseguinolaza, junto con los dambrosistas Rafael Ielpi, Daniel Luna, Mónica Peralta y Rubén Rosa adelantaron sus posturas en contra.
Punto clave
Pero el punto álgido de la sesión llegará cuando se considere la derogación de una resolución del cuerpo adoptada en 1994, que permitió a Boasso ocupar su poltrona en el Concejo y al mismo tiempo continuar con su rol de ejecutor fiscal. La alianza de los binneristas -que antes posibilitaron lo que ahora consideran incompatible (ver aparte)-, con los dambrosistas y el bloque encabezado por Evaristo Monti meterá a Boasso en una encerrona que lo obligará a elegir por una de sus dos funciones.