"Hace varios años que no se arma esto como sucedía usualmente en el Buenos Aires Lawn Tennis. Es el torneo argentino con los ocho mejores profesionales de la temporada. Sobre todo después de un año como el que tuvimos con el cierre de Cañas y con una gran actuación de todos los jugadores en algún momento del circuito. Zabaleta lo hizo en el US Open, Squillari tuvo lo suyo. Es como que confirma el gran resurgimiento del tenis argentino que ya se insinuaba el año pasado". Con una humildad que dista de un ex número ocho del mundo, Alberto Mancini, el mentor del extraordinario torneo que se va a disputar sobre fin de año en el Jockey, expuso las razones del orgullo que significa llevar a cabo un proyecto que parecía inviable un par de años atrás y que representa casi un sueño a esta altura de los acontecimientos en Argentina. Rosario, una ciudad poco acostumbrada a recibir a los grandes deportistas, será el centro de atención deportivo del país entre el 13 y el 16 de diciembre. "El año pasado cuando terminamos el cuadrangular -se jugó en el Jockey sobre polvo de ladrillo, lo ganó Gastón Gaudio y también jugaron Mariano Zabaleta, Franco Squillari y Hernán Gumy-, nos propusimos organizar algo más importante para este año y creo que lo logramos. La idea era armar un torneo que repartiera premios en lugar de armar una exhibición. Lo fuimos armando y al final se nos dio. Es un esfuerzo muy grande, fundamentalmente por cómo está el país. Tampoco es fácil conseguir que todos los jugadores se pongan de acuerdo para jugar en esa fecha en la que cada uno tiene sus proyectos de cara a una nueva temporada. Les viene muy bien jugar en cancha rápida porque les sirve como preparación para Australia. Queremos ganar una plaza permanente. El hecho de utilizar una cancha de cemento también tiene que ver con los jugadores y ese cambio de mentalidad de ellos y del público, que los ve jugar en cualquier superficie". -¿Es este uno de los momentos más importantes del tenis argentino? -Seguramente. Todavía falta el salto para tener un top ten como sucedía en nuestra época. Eramos muchos entre los 100 mejores. Yo llegué a estar entre los 10, Pérez Roldán entre los 20, Jaite... Creo que se puede comparar con aquella época. Marcadamente son los dos mejores momentos del tenis argentino más allá de Vilas y Clerc. Eran dos jugadores sobresalientes, pero el resto era más flojo. -¿Qué es lo que les falta a Cañas, Coria y Gaudio para estar entre los 10? -Cañas demostró en estos últimos meses que puede jugar en todas las superficies y eso es muy importante para ser un jugador top ten. Eso está en lo mental. Uno tiene que estar maduro mentalmente porque al nivel que se juega hoy no se puede dejar ningún detalle librado al azar. -¿Tenés expectativas de ser el capitán del equipo de Copa Davis? -Para mí sería un placer. Desde que empezamos las tratativas con la asociación mi interés siempre estuvo de manifiesto. Como jugador nunca le dije que no y sería un honor estar al frente de un equipo muy competitivo que tiene grandes chances de avanzar en la Davis.
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