Año CXXXIV
 Nº 49.271
Rosario,
martes  16 de
octubre de 2001
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Las caras de los candidatos comenzaron a desaparecer de los afiches

La cara de Boasso se mezcla con el mentón del "Muni" Filkenstein, éste con la oreja de Marengo, y todos con el cabello de Fein. El combo de imágenes no tiene que ver con un collage de arte contemporáneo ni mucho menos con acuerdos coyunturales partidarios. Fue sólo una de las tantas estampas que quedaron en la ciudad el día después de las elecciones. "No fue tan abundante la pegatina, pero en los últimos días se tornó un tanto desprolija en la zona céntrica", consideró el subsecretario de Servicios Públicos de la Municipalidad, José León Garibay. Las cuadrillas municipales comenzaron ayer a desplegar un operativo limpieza a full que se extenderá durante tres semanas.
Los rostros de candidatos a concejales, diputados y senadores nacionales siguen mirando desde las paredes. Y la función de la Municipalidad es dejar la ciudad como estaba antes de los comicios. Claro que eso recién se podrá apreciar en la primera semana de noviembre.
Al menos eso es lo que afirmó el subsecretario de Política Ambiental, Claudio Sensín. "Vamos a trabajar limpiando los afiches pegados en las paredes, columnas y semáforos, y quitando los pasacalles que cruzaron la vía pública", adelantó el funcionario.
El operativo arrancó ayer con el microcentro en una primera etapa que cubre la zona que abarca desde Mendoza y Presidente Roca hasta el río. La segunda etapa se extenderá hasta la avenida Pellegrini y bulevar Oroño, y la tercera y última llegará hasta avenida Francia y 27 de febrero.
Tanto Garibay como Sensín coincidieron en que las elecciones presidenciales del 99 tuvieron mucha más contaminación visual. Sin embargo, la desprolijidad en la zona céntrica fue la constante en estos comicios, sobre todo en la última semana cuando calles como San Juan, San Luis, Corrientes o las columnas de los troleys y semáforos se vieron invadidas de afiches y carteles de los candidatos.
Uno de los lugares más invadidos a la hora de las pegatinas fueron las casas abandonadas, donde hubo piedra libre para superponer afiche sobre afiche. "Les dije a las cuadrillas que aprovechen en estos días porque con la lluvia los afiches mojados son más fáciles de despegar", dijo Sensín. Lo cierto es que -con los números puestos- muchas caras que aparecieron como figuritas repetidas en estos días en pocas horas se llamarán a silencio hasta nuevo aviso.


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