El primer bebé británico "de diseño" nacerá antes de finalizar el año con idéntico sistema inmunológico que su hermano de cuatro años, enfermo de leucemia, a los efectos de posibilitar un trasplante de médula que le salve la vida. El diario inglés The Guardian, que contactó a los padres de este particular bebé de probeta, consignó que para quedar embarazada la madre debió someterse en Chicago, Estados Unidos, a un tratamiento de fecundación in vitro especial, prohibido en Gran Bretaña, que le costó 42 mil dólares.
La mujer intenta que su nuevo bebé (el cuarto que tendrá) sirva para hacer un trasplante de médula a su hijo de cuatro años que padece leucemia, y que si bien, en este momento está bien de salud, puede necesitar en cualquier momento esa intervención. La criatura, que nacerá a finales de año, tendrá el mismo sistema inmunológico del niño enfermo, un dato que aumenta considerablemente las posibilidades de éxito de la operación de trasplante.
El tratamiento al que se sometió la mujer es polémico y no cuenta con la aprobación de toda la comunidad científica, porque implica en este caso la eliminación de aquellos embriones que no contengan el código genético adecuado. Pero el marido negó que se trate de un bebé de diseño: "Los dilemas éticos son muy fáciles de resolver cuando no te afectan este tipo de problemas", ironizó.
Intentarlo todo
Para la pareja, el nacimiento de la criatura puede ser el último recurso para salvar a su otro hijo: "Por lo menos, podremos mirarnos a los ojos y decir que había algo que se podía intentar y lo hicimos", comentó la madre.
Ante la consulta del diario inglés si el bebé no podría sufrir un problema psicológico por sentir que había nacido sólo para ayudar a su hermano enfermo, la mujer fue contundente: "Si eso pasa, nosotros habríamos fallado en demostrarle cuánto lo amamos. Nosotros queremos a todos nuestros hijos por igual". Y el padre fue más lejos al afirmar que todos sus hijos habían sido previstos. "Sé que la mayoría de los bebés nacen sin una razón, pero con el nuestro no pasará que después ande preguntando si nació solamente porque sus padres bebieron y después hicieron el amor en la parte posterior del auto", afirmó.
La pareja acudió a un equipo de médicos de la Universidad de Minnesota de Estados Unidos debido a que en Gran Bretaña está prohibido recurrir a la ingeniería genética para procrear. Los médicos fecundaron in vitro algunos embriones de la pareja y los sometieron a un screening genético (diagnóstico de detección selectiva de trastornos genéticos) para detectar el embrión compatible con las características del hijo enfermo.
Pero el procedimiento implicó numerosos viajes transatlánticos. En EEUU, los especialistas hicieron los estudios del chico enfermo, para determinar las particularidades genéticas a través de su ADN. Luego el matrimonio tuvo que ir a Chicago para el tratamiento de fecundación in vitro. En una primera instancia, se obtuvieron once embriones, pero los estudios determinaron que sólo uno era sano y totalmente compatible.
El embrión "adecuado" luego fue implantado en el útero de la mujer que sin embargo perdió el embarazo, por lo que tuvo que continuar el tratamiento y esperar un nuevo implante que, finalmente, fue exitoso.
El nacimiento se espera ahora para fines de año y los padres prefirieron desconocer el sexo del futuro hijo. Tampoco, como les recomendaron, se hicieron nuevos análisis para verificar todos los estudios genéticos realizados con anterioridad al embarazo. "Los especialistas -indicaron los padres- nos impulsaron a realizar otra prueba (en el feto implantado) para controlar que no había habido error en la investigación y que el bebé era compatible, pero lo rechazamos ya que no tenemos ninguna intención de abortar".
El bebé no deberá someterse a futuro a un trasplante de médula para salvar a su hermano ya que, al momento de nacer, los médicos le extraerán algunas células estaminales del cordón umbilical y las cultivarán in vitro para ser utilizadas cuando sea necesario.
Las células estaminales, también conocidas como células madres, son células "maestras", con capacidad de transformarse en otro tipo de células.
Apoyo a la idea
El especialista británico en fecundación in vitro, Mohamed Taranissi, apoyó la idea: "No se trata de crear bebés de diseño. No estamos eligiendo el color de los ojos o del pelo. Se trata de paliar una enfermedad".
Gran Bretaña se convirtió en abril pasado en el primer país del mundo cuyo gobierno ha anunciado que quiere prohibir la clonación humana para fabricar bebés, aunque apoyará la clonación de embriones humanos para fines terapéuticos.
No obstante, la nueva ley -cuya aprobación todavía depende del voto de la Cámara de los Comunes- sólo permitirá extraer células de embriones apenas formados para cultivar piel humana u otros tejidos del cuerpo. (Ansa, Télam y SNI)