Durante los últimos años las compañías discográficas salieron a buscar un nuevo canal para comercializar sus productos y una de las salidas que ensayaron fue la distribución de discos en quioscos de diarios y revistas. La distribuidora DBN fue la primera en probar suerte con el lanzamiento del último disco del grupo La Renga del sello Universal que se vende en los quioscos. Este viraje en el canal de comercialización asestó un duro golpe a las disquerías que debido al costo del material no pueden competir en igualdad de condiciones con un sector como el de venta de revistas que tributan con una alícuota reducida del IVA (10,5%). Algunos empresarios del rubro llegan a considerar la actitud como una "traición" por parte de las discográficas. "Nosotros las bancamos siempre y ahora que el dragón (por Musimundo) que ellos inflaron se cayó, están regalando la mercadería", confesó Rogelio Spedaliere, de Amadeus. El empresario tildó de deslealtad esta actitud que además, traducida en números, contribuye a agudizar la crisis de las pymes del sector. "Los quioscos devuelven lo que no vende, mientras que nosotros enfrentamos inconvenientes bárbaros si pretendemos devolver la mercadería. Además, les compramos pilas de unidades por mes", dijo y se preguntó ¿por qué en lugar de sacar un compact como el de La Renga con una revista para los quioscos no lo hicieron para nosotros, que somos sus canales naturales?. Ellos deberían apoyar a su canal natural", reflexionó.
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