José María Petunchi
En una tarde con muchos ingredientes y alternativas de las más diversas, el autódromo Juan Manuel Fangio entregó, como pocas veces con tanta nitidez, vencedores y vencidos en el paso del Top Race por Rosario. El Pingüino Julio Catalán Magni se llevó el premio mayor, al ganar la primera carrera y dejar segundo a Ortelli, su gran rival en el campeonato, y llegar octavo en la segunda (donde no sumó el piloto de Salto) y de ese modo descontarle siete de los 14 puntos que le llevaba en la lucha por el "uno" para la temporada 2002, despojando de esa colocación a Marcos Di Palma. El menor de la dinastía de Arrecifes fue el gran derrotado, porque llegó al autódromo a sólo 8 puntos del líder del torneo, y tras las dos carreras se volvió a sus pagos con las manos vacías, habiendo quedado casi al margen de la pelea por el título. Al fin de cuentas, el dueño del "uno" para el año próximo se definirá el 18 de noviembre en el Parque Rodó de Uruguay, donde la categoría disputará las dos últimas carreras de la temporada.
El Pingüino ya había demostrado en la clasificación del viernes que lo suyo venía en serio y con un auto muy bien equilibrado y rendidor marcó el camino sin sobresaltos a lo largo de la primera carrera. La única duda estaba centrada en quién se quedaba con la punta en la largada de la prueba para imponer su andar y ahí el Peugeot del fueguino caminó más que el BMW del debutante Menéndez y de Ortelli, y empezó a definir el pleito. El bicampeón del TC alcanzó a madrugar al debutante y le arrebató el segundo lugar, pero no pudo mantener el ritmo del líder, quien comenzó a acumular diferencia para terminar con casi 5 segundos sobre el piloto de Salto, quien prevaleció en una lucha cerrada por el segundo escalón del podio ante Menéndez y Occhionero.
Por entonces, Marcos dio un nuevo indicio de que el fin de semana venía torcido para él. Luego de acondicionar el auto, después de la piña del viernes, un corto en las bujías lo mandó a boxes en la primera vuelta. Después volvió, hizo el récord de vuelta y recuperó una vuelta de las tres perdidas con los punteros, pero otra vez el corto lo dejó de a pie.
Se esperaba bastante de su Chevrolet Vectra para la segunda carrera pero en la primera curva su falta de paciencia y sentido de la oportunidad lo dejaron a la vera del camino al querer pasar por adentro a Catalán Magni, cuando este a su vez intentaba lo propio con Ortelli en la recta del fondo. Los dos últimos se fueron cerrando, Marcos pisó el pasto, hizo un trompo y quedó en el otro costado de la pista masticando la misma bronca y desencanto que deben haber tenido los hinchas que lo vinieron a ver. Y que disfrutan con sus andanzas, pero que parece que tendrán que esperar para verlo lucir el 1 en su auto.
En una tarde en la que si bien no fue mala, tampoco las tuvo todas consigo, Guillermo Ortelli vio como se achicaba su ventaja en el torneo, al terminar detrás del Pingüino en la primera, y al no sumar en la segunda, después de que la goma trasera izquierda lo mandara a boxes, en la vuelta 8, tres después de que el fueguino tuviera el mismo problema, pero en la delantera izquierda, cuando los dos venían remontando desde el fondo de la grilla (largaron 21 y 22, según lo establece la categoría).
Pero como era la tarde de Catalán Magni, no perdió la vuelta, mientras que el bicampeón del TC no corrió la misma suerte, pese a la aparición del pace car. En consecuencia: el fueguino recuperó y sumó dos puntos al terminar 9º y Ortelli se quedó sin nada al finalizar 17º con una vuelta menos, pese a que en pista llegó antes que su ahora rival directo.
"El negocio lo hizo Catalán Magni, porque quedó a 7 unidades de la punta", razonó con un dejo lógico de amargura, Guillermo Ortelli, admitiendo la buena cosecha del fueguino. Por eso la sonrisa de Catalán Magni al dejar el circuito. Por eso la contrariedad de Ortelli. Por eso el silencio de Marcos Di Palma.
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La Ciudad
