La ONU y su secretario general, el ghanés Kofi Annan, fueron galardonados ayer con el premio Nobel de la Paz 2001, anunció el comité noruego en Oslo, "por su trabajo en favor de un mundo mejor organizado y más pacífico". El comité subrayó que en el centenario de esta galardón, deseó "proclamar que la única vía negociable hacia la paz y la cooperación global debe seguirse junto a las Naciones Unidas".
La portavoz de la organización en Ginebra, Marié Heuzé, por su parte, resaltó que el galardón es también para "todos aquellos que han muerto trabajando para Naciones Unidas", y calificó de "simbólico" que se haya concedido el premio a la ONU y Annan, "precisamente en un período como el que estamos viviendo".
"Naciones Unidas ha conseguido muchos éxitos en su historia y ha sufrido muchos reveses", se destacó en el fallo, en el que se recordó que la institución noruega "durante cien años ha perseguido fortalecer la cooperación organizada entre Estados".
Para el comité noruego, "el final de la guerra fría ha permitido a la ONU llevar a cabo más plenamente el papel que desde un principio debía desempeñar" en el panorama internacional.
"La organización está hoy al frente de los esfuerzos para conseguir la paz y la seguridad en el mundo, y de la movilización internacional para hacer frente a los desafíos económicos sociales y medioambientales que afronta", añadió.
En cuanto a Kofi Annan, el comité manifestó que "ha dedicado casi toda su vida profesional a la ONU y como secretario general ha tenido una importancia prominente para dar nueva vida a la organización".
Según el fallo, "Annan ha afianzado la tradicional responsabilidad de la ONU en favor de la paz y la seguridad, y también ha reforzado sus obligaciones con respecto a las políticas de defensa de los derechos humanos".
Ademas, "ha llamado la atención sobre nuevos desafíos como la lucha contra el sida y el terrorismo internacional, y ha conseguido una utilización más eficaz de los escasos recursos de la ONU".
Al conocer la concesión del premio Nobel de la paz, a él y a la organización que representa, Annan lo consideró un honor y, al mismo tiempo, un reto para el futuro.
"Es un honor para las Naciones Unidas pero un reto para que seamos capaces de hacerlo mejor. No debemos dormirnos en los laureles", afirmó Annan.
En referencia a los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono, el secretario general de la ONU resaltó que, es una gran responsabilidad. "En estos difíciles momentos nos refuerza en la búsqueda de la paz".
Kofi Annan, nacido en 1938 en Kumasi (Ghana) forma parte de las Naciones Unidas desde 1962 y asumió el cargo de secretario general de la organización el 1 de enero de 1997.
Su proyección desde la Acnur
Desde entonces, pasó por la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la vicesecretaría de Planificación, Finanzas y Presupuesto y la secretaría general adjunta, para la que fue designado en 1993.
Eran los tiempos en los que el egipcio Butros Gali era el responsable de la ONU, cuando -según reconoce el propio Annan- no se supo calibrar la información sobre el genocidio que estaba en marcha en Ruanda en 1994 y no pudieron frenar matanzas en los Balcanes como la de Srebrenica (Bosnia) en 1995.
Hábil pero de personalidad siempre moderada, Annan supo navegar entre los caminos de la diplomacia internacional y recuperar la imagen y el papel de la ONU en el mundo, en un momento en que muchos criticaban al organismo y se planteaban si no era hora de cerrarlo.
Esta edición del premio es especialmente significativa por cumplirse 100 años desde que el científico y magnate sueco Alfred Nobel creó estos premios y por el estado de convulsión que vive el mundo después de los atentados contra Estados Unidos.
A la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz, el próximo 10 de diciembre, asistirán 32 antiguos premiados, entre ellos el último presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, y el ex secretario norteamericano de Estado Henry Kissinger. (Télam-SNI)
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