LAMBERTO.Muchas veces se cuestiona el gasto político, pero nadie mide cuánto cuesta una decisión equivocada de un ministro. No veo cómo se puede hacer una buena coparticipación sin discutir primero el gasto. Las crisis son los mejores momentos para discutir todo. El gobierno, debió haber utilizado el poder para hacer un presupuesto de base cero y un otro Estado con nuevas prioridades. SCIARA. El déficit cero es relevante, pero no a costa de la desatención de necesidades que son mucho más relevantes. Lo que se hace con la emisión de bonos es crear moneda espuria. No resolvimos el problema de la política monetaria y lo que se hizo fue ir por atrás de la convertibilidad y emitir moneda bajo la forma de bono. Si no se discute el gasto no tiene sentido discutir las potestades tributarias. FATTAL JAEF. El autofinanciamiento es bueno, pero nunca puede ser un límite para la práctica de la solidaridad social ni para el stock de bienes básicos que hay que garantizar para cada jurisdicción. En el país hemos dado un proceso fuerte de descentralización del gasto , más allá de su finalidad y volumen, y alta concentración de recursos. BERTERO. La megalópolis es una respuesta racional a una política irracional. El gobierno ajustó el 13% los salarios y jubilaciones, en lo que representa el 85% de las obligaciones del sector público consolidado. En el otro 15% que son los gastos de funcionamiento, hubo un ajuste del 60% y eso es estrictamente lo que está destinado a los sectores más desprotegidos.
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