Dushanbe, Tayikistán. - Las temibles tormentas de arena, que tanto acosaron en su momento al ejército soviético, comenzaron a castigar el norte de Afganistán y demoran los planes militares ofensivos de Estados Unidos. Estas tempestades afectan desde el martes a la región septentrional de Afganistán y al vecino país de Tayikistán.
El viento bloquea no sólo las operaciones militares sino también el vuelo de los aviones y de los helicópteros e incluso el tránsito de automóviles. En la zona afectada por estas tormentas hay personas desaparecidas y aldeas que se encuentran en estado de emergencia, dijo la televisión tayika. El imprevisible empeoramiento del tiempo obliga a Washington a rever sus planes de ataque, dijeron fuentes militares.
Apenas 30 metros
En Dushanbe, a más de 300 kilómetros de la frontera afgana, durante la noche la visibilidad era de apenas 30 metros. Además, el polvillo arenoso bloquea los engranajes de las máquinas y hace difícil respirar. El viento impide el vuelo de los cuatro helicópteros con que el Frente Unido -nuevo nombre para la que era antes la Alianza del Norte- transportó hasta ahora a los periodistas a las zonas de combates y de operaciones militares.
En la capital tayika, esperan más de 300 periodistas que deben ser trasladados a Afganistán; en tanto otros 300 ya están en el escenario del enfrentamiento entre los mujahidín y las milicias talibanes. Inicialmente se pensó que los ataques norteamericanos contra las bases de Osama Bin Laden eran inminentes. En cambio, la decisión norteamericana fue la de esperar y preparar en forma escrupulosa una operación que, una vez iniciada, no debe fracasar, dicen los especialistas militares.
Las tempestades en general duran varios días y pueden transformarse incluso en verdaderos cataclismos porque el viento, al pasar por sobre los numerosos desiertos de Asia central, levanta la arena que cae luego como lluvia sobre las tierras atravesadas. (Ansa)