Las marcas propias de productos alimenticios y de limpieza, que son las que llevan el mismo nombre del supermercado o bien un nombre de fantasía, tienen un ocho por ciento de penetración en la venta de las cadenas y esa cifra se eleva a un 20 y un 40 por ciento en los casos de los negocios por descuento (hard discount). Estas cifras fueron suministradas durante un debate que tuvo lugar esta semana, durante las Jornadas 2001 del supermercadismo Argentino, en el hotel Sheraton. La charla estuvo a cargo de Amilcar Pérez, gerente de marketing de la consultora AC Nielsen, y Angeles Sforza, responsable de calidad de los hipermercados Jumbo. Al analizar las causas de por qué la gente compra productos de marca propia, Pérez dijo que un 67 por ciento de los encuestados sostuvo que lo hace porque el precio es menor; un 55 por ciento por una razón de calidad y un 30 por ciento por lealtad con la cadena de la que es cliente. Pérez estimó que "mientras que las cadenas globales se sigan extendiendo, el crecimiento de las marcas propias" de los productos vendidos está garantizado. El consultor sostuvo que en la Argentina en el primer semestre del corriente año, "las ventas en los supermercados cayeron un promedio de un nueve por ciento, el consumo bajó un siete por ciento, y lo único que creció fueron las ventas de marcas propias con un ocho por ciento". Dijo que "todas las marcas bajaron sus precios pero las propias lo hicieron más" y ejemplificó que en el rubro limpieza la diferencia de precios entre marcas líderes y marcas propias llegó a ser de un 60 por ciento. Enumeró que las categorías de marcas propias que tienen más penetración en las ventas son: conserva de pescado, puré, gelatina, leches, flanes, lavandinas, mantecas, arroz en grano, lana de esponja y trapo metálico. Sobre la actitud de los consumidores en la Capital y el Gran Buenos Aires, una encuesta realizada por la consultora determinó que "dos de cada tres personas encuestadas admitieron que compraban marcas propias" y especificó que la penetración era de un 72 por ciento en Capital y suburbios y de un 55 por ciento en el interior del país. Pérez ejemplificó que el 48 por ciento de los hogares del interior del país compra lácteos de marca propia. Citó que en la categoría de leches larga vida Sancor es la marca líder, razón por la cual su competidora, La Serenísima, decidió elaborar marcas propias para las grandes cadenas de supermercados. Por su parte, Angeles Sforza, admitió que en los últimos años el consumidor cambió y se convirtió en un comprador "maduro, racional, que le importa la salud", que busca productos sanos y fáciles de preparar. Dijo que encuestas internas efectuadas en supermercados Jumbo determinaron que el 50 por ciento de los clientes están dispuestos a probar marcas propias, pero "habrá que retenerlos y hacerlos cautivos" a esos productos para que sigan adquiriéndolas una vez pasada la recesión. Sforza valorizó la prevención como la mejor medida adoptar en la gestión de calidad de los productos, y cuantificó que por cada peso que se gaste en una medida preventiva se ahorran 400 pesos de posterior pérdida en caso de que el producto se deteriore. Sobre las medidas preventivas necesarias dijo que se deben tener en cuenta "la materia prima, la mano de obra, los métodos, la maquinaria y el medio ambiente". Respecto de la seguridad alimentaria, advirtió que en EEUU las enfermedades transmitidas por alimentos afectan a 33 millones de personas y causan 9.000 muertes, por lo que recomendó "el control de la temperatura de los alimentos, la limpieza, higiene personal de los que manejan los alimentos y control de plagas".
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