Luis Castro
En los papeles el partido ante Nueva Chicago aparecía como un mero trámite. Eso era lo que en voz baja pensaban los auriazules. Pero una vez más la realidad hizo trizas los pronósticos. Y los de Mataderos, con un juego sencillo y ordenado, le taparon la boca a los canallas llevándose de Arroyito una victoria (la primera que logra en tierras auriazules) tan necesaria como justa. Mucho tendrá que ver en esta caída Jota Jota López, quien inexplicablemente marginó del primer equipo a Muñoz Mustafá -el jugador más regular del equipo- y dejó en el campo de juego a Canals. El uruguayo -en complicidad con Díaz- no tuvo una buena noche y sus yerros en los cruces permitieron que la visita llegara a marcar la diferencia. Tamaño error del técnico lo pagó muy caro. Es que la defensa auriazul fue sólida en gran parte del torneo, pero para esta ocasión decidió cambiar y esa decisión le costó la derrota. Encima, Central también dio ventajas en el mediocampo. Daniel Quinteros y Vespa no podían con los volantes visitantes. Y García, uno de los encargados de generar fútbol, no lograba alimentar a los delanteros. Como conclusión, no se llevaba peligro al arco de Velázquez a pesar de los esmerados intentos. Chicago hizo lo que más le convenía. Esperó los embates canallas (tibios, por cierto) y puso todas sus fichas al contragolpe. Jesús, en dos oportunidades, puso en aviso al conjunto de Jota Jota. Y en el tercer avance, Mandra se encargó de dibujar una jugada donde dejó pintado al Cata Díaz y con un zurdazo cruzado puso el 1-0. ¿Sorpresa? No, porque la visita con un esquema ordenado controlaba el duelo. Encima, un par de minutos más tarde Julián Kmet -uno de los mejores de la cancha- estiró la diferencia. La noche pintaba mal para Central. Y se terminó de completar cuando Pizzi desperdició la chance de descontar marrando por primera vez un penal vistiendo la casaca auriazul. Ya era tarde. En el complemento, López intentó resarcir el error. Sacó a Canals y lo mandó a la cancha al pibe Muñoz Mustafá, quien le puso orden a la defensa. También hizo ingresar a Delgado por el intrascendente Vespa. Y el pibe en los primeros minutos le dio algo más de movilidad al ataque auriazul, pero luego cayó en la intrascendencia general. A esta altura la cuestión estaba bien definida. Central iba a los ponchazos y con más corazón que ideas. Y Chicago, sólido en defensa, controlaba e intentaba liquidar el pleito de contra. En una de las peores presentaciones, Central fue golpeado por segunda vez en el Gigante. El andamiaje canalla no funcionó. Y encima, las desafortunadas decisiones del técnico hicieron ir al matadero al conjunto canalla.
| |