Año CXXXIV
 Nº 49.247
Rosario,
sábado  22 de
septiembre de 2001
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China cambia el mundo del comercio de granos

China dio esta semana el último paso para conseguir su ingreso en la Organización Mundial del Comercio (OMC) tras quince años de negociaciones y abrió un nuevo escenario para el comercio internacional. La entrada del país más grande y poblado del planeta al bloque comercial implica una reducción de los aranceles de importación para los productos que vende el Mercosur.
Ante ese escenario crecen las oportunidades para las exportaciones granarias de la Argentina, especialmente de soja, de la que el gigante asiático es uno de los principales demandantes y podrían beneficiarse las ventas de aceite y harina de la oleaginosa, que China gravó sistemáticamente en los últimos tiempos para favorecer el desarrollo de su industria aceitera.
La rúbrica de este ingreso quedará plasmada en noviembre cuando los países miembros de la OMC se reúnan en la IV conferencia ministerial que se realizará en Qatar. Sin embargo, el acuerdo tendrá efectos prácticos a comienzos del año que viene, ya que el texto de adhesión deberá ser ratificado por su parlamento.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), vaticinó que el ingreso de China a la OMC se traducirá en mayores compras de aceite de soja de parte del país asiático, así como en una importante tonificación en las transacciones comerciales de granos oleaginosos en el mercado internacional.
China, con 1.200 millones de habitantes y un intercambio comercial anual de 480.000 millones de dólares, es considerado por muchos como el mercado potencial más interesante de este siglo.
El país asiático es el quinto mayor exportador del mundo y el sexto en importación de bienes y manufacturas, además de generar el 10% de la producción mundial. Esto hace que su ingreso en la OMC sea un desafío tanto para Beijing, que deberá regirse por las mismas normas que sus más importantes socios comerciales, como para el resto de los países, que tendrán que enfrentarse a una fuerte competencia.
El director general de la OMC, Mike Moore, expresó que con la entrada de China, la organización da "un paso definitivo para convertirse en una auténtica organización mundial".
Aunque este ingreso supondrá un fuerte impacto en la economía mundial, pues la apertura de sus mercados abre grandes oportunidades para incrementar las exportaciones occidentales, al disminuir las barreras comerciales que gravan los productos.
Sin embargo, el país también tiene la capacidad de inundar los mercados con productos a precios extremadamente competitivos, lo que puede plantear problemas a otros países.

Aranceles en baja
Los acuerdos con la OMC incluyen una reducción de los aranceles que se situarán en un promedio del 15 por ciento para los productos agrícolas y del 8,9 por ciento para los industriales, para los que se eliminarán las restricciones no arancelarias. El gran potencial económico chino fue una de las razones del complicado proceso negociador, que estuvo jalonado de puntos muertos.
Los subsidios a la agricultura también fueron un asunto espinoso, al ser un tema central para China, donde hay 900 millones de campesinos, y el acuerdo final autorizó subvenciones de hasta el 8,5 por ciento. Para la Argentina este no es un tema menor. La relación comercial con el país asiático mueve unos 2.000 millones de dólares anuales, con un saldo favorable para China.
Buenos Aires firmó con Beijing en marzo pasado un acuerdo comercial que establece menores aranceles, ampliación de cupos y levantamiento de barreras fitosanitarias para 78 rubros de exportación argentinos, entre ellos frutas frescas, aceites vegetales, trigo y lana.
En ese sentido, operadores del sector granario recordaron que una de las condiciones exigidas por la OMC a China para disponer su ingreso al organismo internacional fue el de pedir un recorte tarifario para las oleaginosas y subproductos de éstas, para considerar su incorporación.


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