La mujer se sumó al grupo que, desde un negocio de electrodomésticos, seguía en directo las últimas imágenes de los atentados en Nueva York, Washington y Pensilvania. "Eso es Estados Unidos", dijo abriendo los ojos tanto como su rostro lo permitía. "No, si va a ser el parque Independencia", contestaron jocosos varios jóvenes ubicados a su lado. Es que el múltiple ataque que sufrió ayer Norteamérica superó la capacidad de asombro de los rosarinos. Tanto fue así que, mientras los más grandes sentenciaban el comienzo de la Tercera Guerra Mundial, quienes apenas superaban los veinte años proponían: "Esto es como una película de Spielberg, es espectacular".
"Ataque masivo a EEUU". "Cayeron las torres gemelas". "Incendio en el Pentágono". Ni unos ni otros pudieron quedarse indiferentes frente a los sucesivos titulares de las cadenas de noticias. Quienes paseaban durante la mañana por las peatonales tuvieron que hacer una escala obligada frente a los comercios de venta de televisores que estaban, invariablemente, clavados en la CNN.
En cambio, los que trabajaban se pudieron tomar recién al mediodía su revancha y ponerse al día. Así, en los bares las mesas más cotizadas eran las más cercanas al televisor. Y, nuevamente, surgían las conjeturas y comentarios.
"Como dijo Maradona, a estos también se les escapó la tortuga", le dijo el mozo de un bar céntrico a su cliente. "Están sufriendo en carne propia los riesgos de sus propias metidas de pata", le contestó el parroquiano y después pidió un bife, vuelta y vuelta, con papas fritas.
En la puerta del local se multiplicaban las voces: "Ahora, el quilombo que ellos tienen allá lo vamos a tener que pagar nosotros", se quejaba un vendedor de empanadas turcas. "Y al contado", le contestó una mujer que se zambullía en un taxi.
Mientras tanto, agolpados en las vidrieras de locales de electrodomésticos y tiendas, en paradas de colectivos o en los bancos de la peatonal, improvisados expertos en política internacional se hacían escuchar. "Estos son los efectos de la globalización, los americanos la vendieron y ahora la tienen que padecer", señalaba un cuarentón de traje y corbata en la esquina de Sarmiento y Córdoba.
Expertos en política mundial
Otro repasaba prolijamente todos los últimos acontecimientos del conflicto de Medio Oriente y aseguraba: "Estas acciones no pueden venir de Irak ni de Afganistán, son otros los que están detrás".
Por supuesto, los que habían superado los sesenta años apelaron a sus recuerdos. "Esto es peor que cuando los atacaron los japoneses", advirtió un anciano en la vidriera de Falabella y, pasos después, en la puerta de Frávega alertaría: "Esto es el comienzo de la Tercera Guerra Mundial".
"Ahora empiezo a pensar que nosotros estamos en la gloria", sumó otra. "Es como una película dirigida por Spielberg, es espectacular", decía un joven apostado en el frente de Garbarino.
A pasos de allí, un hombre aseguraba tener "la posta" para interpretar los acontecimientos. "Todo lo armó De la Rúa. Ahora cuando el Fondo Monetario venga a cobrar sus deudas, él les va a poder decir: «Bueno, presentenme las facturas, sin facturas no podemos pagar». Vamos Argentina, todavía".