Esbozar alguna crítica al equipo auriazul parece obra de un necio después del contundente 4 a 0 con el que hundió a Huracán. Pero desconocer o minimizar algunos problemas que pudieron complicarlo podría ser un error a pagar en el futuro, porque está claro que Central adolece de vuelo futbolístico en el medio campo y entonces aparece como difícil de entender que Juan José López se desentienda de Luciano De Bruno, un jugador que ante la suspensión de Vitamina y las dudas sobre Arriola, no sea llamado ni siquiera a concentrar. Arriola amaneció ayer con fiebre y por eso se decidió enviarlo de vuelta a Rosario junto a Tombolini, afectado por la misma enfermedad, temiendo posibles contagios. Al no estar De Bruno -que no estuvo entre los 17 como ante Talleres y no parece tener la simpatía del entrenador- Central se quedó anoche sin volantes creativos dentro y fuera de la cancha. Y eso se notó, pese a que el 4 a 0 pueda sugerir otra cosa. El equipo auriazul estuvo la mayor parte del tiempo encerrado en su área y, por suerte para Jota Jota, los juveniles Cetto y Muñoz Mustafá han asumido la responsabilidad con madurez, que significa hacer valer lo que saben. Si no, Central podría sufrir más de lo que lo hizo en Patricios. Es cierto, López no cuenta hoy con un plantel numeroso de jugadores ya hechos y además agarró un grupo en pleno desarme. Por eso privilegió armarse de atrás hacia adelante y los cuatro goles de anoche podrían ser un indicador de que apostó bien. Sin embargo, no todos los rivales le harán el juego como Talleres y Huracán.
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