Las empresas grandes lo tienen. En las medianas, existen, pero no en todas; en las chicas, el lugar lo ocupa el dueño. La figura del gerente financiero tiene en esta crisis un papel preponderante y una tarea maratónica que no todos pueden cumplir por no tener la habilidad necesaria para esquivar los golpes.
Los especialistas aseguran que quienes mejor soportarán los embates del momento son los ejecutivos con experiencia, "los que hayan pasado, por ejemplo, la crisis del 95, el Tequila".
Lo paradójico, es que en este país la experiencia no suele ser un valor agregado de peso a la hora de la selección del personal por lo que, incluso, en muchas compañías de primera línea suelen sentarse en el sillón del gerente financiero hombres muy jóvenes, muy capacitados pero poco curtidos en la lucha cuerpo a cuerpo con la crisis.
Si bien aquellos que ocupan estos puestos en empresas importantes suelen estar lo suficientemente acostumbrados a tratar con los bancos, lo cierto es que en épocas más tranquilas tienen más ventajas que problemas: las entidades crediticias los llaman para ofrecerles plata y hasta mantienen una conversación diaria y fluida con los número uno de los bancos con los que operan. La realidad, les muestra ahora que las cosas se ponen más bien tensas. "Hoy, hay muchos que estaban habituados a cierto trato y que se desayunan con que los bancos no los atienden, y si los llaman, es para pedirle que cancelen el crédito", relata un agente del mercado financiero.
Lidiar con estas dificultades "no es para cualquiera", afirman. "Hay que estar soportando que el banco te pida plata, que los proveedores te persigan para cobrar, que los clientes te pedaleen los pagos", resume un gerente financiero de una conocida empresa local que prefirió el anonimato al asegurar que "lo que me pasa a mí, es lo que en mayor o menor medida nos está pasando a todos".
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La Ciudad
