Anoche Racing presentó dentro de su formación tres jugadores que constituyeron un ingrediente especial al partido. Gabriel Loeschbor, Rafael Maceratesi y Claudio Ubeda son nacidos y criados en el barrio del archirival enemigo, Arroyito, y en algún lugar de su corazón jugaron un partido especial. Enfrente estaba la camiseta rojinegra. Los tres cumplieron un partido aceptable y fueron parte de este alma guerrera, batalladora que está mostrando el Racing versión Merlo del Apertura 2001. Si bien ninguno brilló, fue muy importante la labor de Loeschbor, quien se cansó de rechazar en su área todas las pelotas aéreas que le tiraron y estuvo muy cerca de convertir en la primera jugada del partido cuando metió un cabezazo y Palos evitó la caída del arco leproso. Ubeda hizo valer su experiencia y su capacidad para organizar una de las zonas que mejor funciona en este Racing: la defensa. De todos modos, perdió en varias jugadas pero tuvo a su favor que fue relevado por sus compañeros. Y Maceratesi aportó su conocido despliegue, intentó por adentro, buscó por los laterales pero inevitablemente perdió peso cada vez que se acercó a la zona de la definición. Ninguno de los tres pudo gritar su gol, aunque sí festejar un triunfo importantísimo en medio de la increíble efervescencia de esta marea incontenible que es la hinchada de Racing. Los antecedentes marcaron que los tres jugadores ex canallas habían tenido una suerte dispar cada vez que les tocó enfrentar a Newell's, ganando y perdiendo. Ninguno de ellos convirtió goles todavía contra el equipo del Parque y anoche se mantuvo esa estadística. Además, fueron silbados por el medio millar de hinchas leprosos que se llegaron a Avellaneda. Igual, mucho no les importó.
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