Olympique de Marsella dijo no, pero apareció Bastía que dijo "puede ser". Ahora Damián Alejandro Manso, quien nuevamente ya veía frustradas sus ilusiones de jugar en el fútbol de Europa, está muy cerca de continuar su carrera futbolística en este nuevo club que apareció en escena. Las condiciones del préstamo son las mismas que se le pidieron a la entidad de Marsella, o sea alrededor de un millón de dólares por los servicios del jugador por un año, con una opción de compra de siete millones por el sesenta por ciento del pase.
En un principio todo aparecía encaminado con Olympique, que ayer casi sobre el cierre del libro de pases decidió no aceptar las condiciones económicas que solicitó la entidad del Parque -entre otros motivos- por considerarlas costosas.
Desde un principio las tratativas con Olympique por el volante aparecieron complicadas. Tan es así que las negociaciones que mantuvo el intermediario Héctor Bargas con la gente de Newell's durante varias semanas en Rosario no arrojaron un saldo positivo.
Cuando todo aparecía terminado, surgió una nueva chance y el jugador viajó a Francia para tratar de sumarse al club. Pero todo quedó trunco cuando los franceses desistieron de contratarlo. Uno de los motivos fue la alta cotización del préstamo por un año, aunque también incidieron los grandes conflictos internos que padece Olympique, además de los inconvenientes económicos. "No va a Olympique, la operación se cayó", anticipó un directivo rojinegro ayer por la tarde. Pero también confesó que aún quedaban algunas horas para que se cerrara el libro de pases y había una posibilidad de que el jugador fuese adquirido por otro club, más precisamente Bastía. Algo que sobre el cierre de esta edición se confirmó que aún se estaba negociando, ya que el Piojo había sido inscripto por esta entidad.
Olympique de problemas
Además de los problemas internos que tiene Olympique, otro de los obstáculos para adquirir a Manso radicaba en que tenía el cupo de extranjeros cubierto. Al cierre de libro de pases de ayer habían incorporado a Jurietti y Fabrice Fernandes, mientras que estaba en discusión la contratación de Pascal Nouma.
También influyó en que el Piojo observara bien de cerca cómo se le escapaba esta segunda chance de jugar en Francia la guerra que sostienen desde hace un largo tiempo el director administrativo de la entidad, Pierre Dubiton, y el director deportivo, Bernard Tapie. En más de una ocasión llegaron a insultarse y hasta estuvieron cerca de agredirse físicamente.
Los celos vienen porque Robert Dreyfus -dueño de Adidas- le confió el dinero que aportó al club a Dubiton. Tapie tiene a cargo la composición del equipo marselleés, pero para lograr la adquisición de un jugador debe ponerse de acuerdo con Dubiton, quien es el que firma los cheques. Y por lo visto, muy pocas veces logran consensuar posturas.