Newell's paró su marcha en Avellaneda. Y aunque en algún pasaje del partido pareció que encontraba su norte, casi nunca tuvo la llave para abrir el candado y buscarle la vuelta al partido. No pudo contener la tromba en la que se convirtió Racing en el inicio del cotejo y cuando empezó a asomar la cabeza para salir del encierro se vio en desventaja y todo se le hizo cuesta arriba. En la previa se habló mucho de la presión que iba a tener que soportar este equipo, integrado en su mayoría por pibes, y a la que no logró sobreponerse. Fue superado en el medio, volvió a mostrarse dubitativo en defensa, sobre todo por el sector derecho, y sólo Saldaña pudo mostrar su fútbol en cuentagotas y a la fiera Rodríguez se lo vio más tiempo cerca de su área que de la rival. El trámite no escapó al esperado. Racing con la presión de su gente tuvo mucho vértigo y se llevó por delante a Newell's en el cuarto de hora inicial. Un cabezazo de Loeschbor en el palo y una salida apurada de Palos para corregir un error de Grabinski anunciaron lo que vendría minutos más tarde. Hasta que llegó el fatídico minuto 13 en que Milito decretó la apertura. Entonces, intercambiaron los roles. Newell's debió salir a buscar el empate y Racing se acomodó de contra, la situación que más lo favorece, de la mano de un inspirado Chatruc. El partido se hizo vertiginoso, de ida y vuelta, pero siempre quedó la sensación de que los locales eran más punzantes. Nadie pudo empujar un centro de Dueña tras una buena asistencia de Saldaña y en la contra Milito se lo perdió luego de chocar Ruiz y Domínguez. Enseguida llegaron un remate de Pavlovich, un disparo cruzado de Rosales y un cabezazo desviado de Crosa. Racing contestó de la mano de Chatruc, al que primero Palos le tapó el cabezazo y después el palo izquierdo le dijo no a su remate. Trascartón, Pavlovich pegó un remate en el palo desde posición incómoda tras dejar en el camino a Campagnuolo. De a poco y con la entrega de Ponzio y la inteligencia de Saldaña, Newell's se empezó a acomodar en la cancha. Pero otro error defensivo entre Dueña y Palos -el tercero de esa etapa- le sirvió en bandeja el gol a Milito. El trámite no varió sustancialmente en el complemento. Racing hacía circular la pelota y Newell's intentaba cortar las cifras a su manera. Rosales desperdició una buena chance ante Campagnuolo y la Fiera no la pudo empujar al gol después de una maniobra de Rosales. Newell's se iba apagando en ofensivo de manera directamente proporcional con el correr de las agujas del reloj. Racing se cerraba bien en su campo y a Newell's le costó mucho llegar al área rival con claridad. En el final un remate de Saldaña que Campagnuolo desvió al córner sirvió para darle el último empujón al equipo de LLop. Y casi con el último suspiro, Dueña mandó la pelota al gol, que si bien no le sirvió de consuelo, al menos fue un premio a tanta búsqueda. Newell's no pudo contener la presión de Racing, se quedó sin invicto y paró su marcha en Avellaneda.
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