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Gas del terror

Al sacar la billetera para pagar una cuenta, observo con terror que no tengo un "mango" (peso, dólar, o patacón). Hasta ayer tenía algo de dinero, "debo haberlo perdido" me dije a mí mismo, o quizás me lo robaron. Descarté haber perdido el dinero, porque soy muy cuidadoso, y es imposible que me robaran, porque siempre mantuve la billetera conmigo. Al igual que un detective, investigué este misterioso asunto, y munido de capa, pipa y lupa, llegué a la siguiente conclusión: "Si lo normal es que el aire de estas pampas esté compuesto por un 78% de nitrógeno, 21% de oxígeno, y un 1% de gases raros, vapor de agua, y monóxido de carbono, sospecho que junto al neón, argón y kriptón hay un gas aún no identificado, que evapora los dinerillos que se pongan en su contacto. Esta teoría que logré mientras trataba que no se me fugara el "cerebro" (la famosa fuga de cerebros), explicaría el porqué de la evaporación de los dinerillos de las privatizaciones (joyas de la abuela), y el porqué en los últimos 18 años, hayamos sumado más de 100.000 millones de dólares a la famosa y nunca bien ponderada "deuda externa". Por las dudas y mientras no se demuestre la inexistencia de este "corrupto y terrorífico gas", aconsejaría a quienes aún tengan la suerte de poseer algunos dinerillos, que los guarden con sumo cuidado, tratando que tengan el menor contacto con el aire que sea posible.
Juan Araya