El arzobispo Emmanuel Milingo se reunió ayer con su esposa surcoreana por primera vez en tres semanas y le dijo que no podían permanecer casados debido a su fidelidad a la Iglesia, según indicó en un comunicado el Vaticano. En el más reciente episodio del escándalo que conmovió a la Santa Sede, el religioso africano y María Sung se reunieron en un hotel de Roma, donde aquél le entregó una carta en la que explica sus motivos.
"Mi compromiso con la vida eclesiástica y con el celibato no me permite casarme", dijo Milingo en la carta manuscrita, de la cual el Vaticano envió copias a los medios de prensa. "El llamado de mi Iglesia a cumplir mi compromiso primero es justo". Agregó que comprendía el pesar de Sung y que se solidarizaba con ella.
La semana pasada, Milingo anunció que dejaría a Sung y que aceptaba el pedido del Papa Juan Pablo II de regresar a la Iglesia y acatar el voto de celibato sacerdotal.
Sung dijo en ese entonces que no le creía e insinuó que había sido drogado. Ella ha estado en huelga de hambre durante 16 días en demanda de que el Vaticano le permitiera reunirse con Milingo.
La pareja fue casada el 27 de mayo por el líder religioso surcoreano Sun Myung Moon en una boda colectiva en Nueva York, para indignación del Vaticano que ya estaba molesto por los exorcismos y curanderismos de Milingo.
Sung, de 43 años, no había tenido contacto con Milingo, de 71, desde el 8 de agosto, un día después que el arzobispo se reunió con el Papa en un intento por evitar ser excomulgado por haberse casado. También ayer, el diario La Stampa de Turín indicó que Sung al parecer estuvo casada con un italiano antes de casarse con Milingo, pero la mujer se negó a hablar de su "vida privada".
Operación publicitaria
La batalla entre María Sung y el Vaticano oculta un conflicto interreligioso tras la apariencia de una historia de amor, afirmó el New York Times, que dedicó una amplia cobertura al caso de Milingo y la consecuencias de su polémica boda con la mujer coreana.
Detrás de la huelga de hambre y las cotidianas apariciones de Maria Sung, el prestigioso diario norteamericano ve una aceitada operación publicitaria de la secta del reverendo Moon, que celebró la boda en Nueva York del arzobispo de Lusaka (Zambia) el 27 de mayo pasado.
El caso Sung-Milingo, define el Times, "en los ambientes religiosos es ampliamente interpretada como un ataque de relaciones públicas dirigido y de amplio impacto contra el Vaticano por parte de un grupo que la curia ni siquiera cree digno de considerar como un justo rival espiritual".
Algunos expertos de materias religiosas interpelados por el diario se declararon sorprendidos por la manera en que la organización lleva adelante el caso. "No habíamos ciertamente previsto que hubiese tanta animosidad de parte de la Iglesia de la Unificación contra la Iglesia Católica", dijo Michael Novak, un docente de relaciones entre religión y política en Washington.
Sin embargo, el portavoz de la secta Moon, el reverendo Phillip Schanker, rechazó las acusaciones: "amamos a muerte a este Papa, no lo estoy acusando de nada de aquello de lo que en cambio somos acusados nosotros, desde lavado de cerebro hasta el uso de drogas".