El cirujeo y la mendicidad son considerados por los especialistas como modalidades básicas de supervivencia urbana, adoptadas por los grupos familiares que se vieron empujados en los últimos años por el agravamiento de la pobreza y el desempleo. Estas estrategias se suman, además, a la venta ambulante de productos discontinuos y a la oferta de servicios como abrir puertas de taxis o lavar parabrisas en los semáforos. Según un informe elaborado por el BAP la "trasmisión de esta modalidad se da por la convocatoria espontánea que propone el grupo familiar iniciador al grupo, principiante a través de un argumento tan importante como lo es la rentabilidad de la actividad y el bajo riesgo que implica la misma". El mismo relevamiento consideró acuciante la situación por la que atraviesan las madres bonaerenses, provenientes del segundo cordón del conurbano, en su mayora de los partidos de Florencio Varela, José C. Paz, Moreno y Lomas de Zamora, que viajan a la Capital Federal junto con sus hijos para practicar la mendicidad o el cirujeo. "Son, por lo general, jefas de hogar y afrontan la crianza de sus hijos con el dinero que recaudan durante el día", explicó Patricia Malanca, directora del BAP. Con respecto a la escolaridad de sus niños, las madres afirman que los chicos concurren a la escuela, aunque un informe realizado por el Ministerio de Trabajo en el municipio de Lomas de Zamora reveló que un 32 por ciento de los chicos que trabajan en la calle no va a la escuela. "Si bien consideramos que ellas hacen todo lo posible para que así sea, esta rutina de vida constituye un obstáculo para la asistencia de los niños a la escuela", afirmó Malanca. En tanto, en el caso de las familias que ejercen el cirujeo, los especialistas explican que el jefe de familia suele trasladarse con su grupo familiar durante las primeras horas de la noche para ubicar en las zonas más ricas los residuos que serán el producto de su recolección.
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