Año CXXXIV
 Nº 49.213
Rosario,
domingo  19 de
agosto de 2001
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El servicio doméstico, un circuito informal con fuerte sello femenino

Con sueldos mensuales que no superan los 200 pesos, un universo de más de 33 mil personas trabajan a diario en el servicio doméstico. Este sector, donde también predomina la trabajo en negro y una marcada flexibilización horaria, creció del 6 al 7,5% entre mayo del año pasado y el mismo mes de este año.
Esta ocupación tiene una fuerte incidencia en la provincia de Santa Fe, ya que reúne a la mitad de la gente que trabaja en la industria y más de los que concentra la construcción. Y va por mas, ya que en un año 8.700 personas más se dedicaron a esta actividad.
Poblada especialmente por el sexo femenino -en una proporción de siete contra tres-, esta actividad termina siendo el refugio de aquellas personas que deben salir a trabajar porque los ingresos de uno de los integrantes de la familia son insuficientes para cubrir las necesidades del grupo o como una alternativa para las mujeres que son jefas de hogar.
Aunque no es privativo, recurren generalmente al servicio doméstico aquellas personas que por su nivel de instrucción, o su edad, no pueden acceder a otros segmentos del mercado laboral.
El servicio doméstico también concentra un porcentaje importante sobre el total de mujeres ocupadas en el Gran Rosario, que alcanzan casi al 20 por ciento.
"Como existe una segmentación importante de los ingresos es probable que el servicio doméstico haya crecido porque muchos sectores que incrementaron sus ingresos contrataron más gente", explicó Crucella.

El desempleo joven
Mientras la flexibilización laboral avanza y los salarios caen, el núcleo de los desocupados sigue en ascenso en el aglomerado del sur provincial. De acuerdo a los últimos datos del Indec, Rosario ocupó el segundo lugar en el triste ranking de la desocupación con un nivel del 20,2 por ciento sobre el total de la población económicamente activa.
Sobre las 111.553 personas que no tienen empleo, el 35% hace entre 3 meses y un año que está sin trabajo. Y el grupo más vulnerable son los jóvenes de entre 20 y 29 años de edad que suman la mitad de los desocupados que llevan nueve meses sin trabajar.
"Históricamente las tasas de desempleo en los jóvenes es la más alta, porque siempre hay muchas trabas para conseguir el primer empleo", explicaron los especialistas en temas laborales. Es el famoso cuento del huevo o la gallina, que revela las serias dificultades que existen para ingresar al mercado de trabajo en la región.
El alto porcentaje de desocupados entre la gente de 20 a 24 obedece generalmente a aquel grupo de personas que terminó su ciclo de estudios y no consigue insertarse en el primer trabajo.
Sin embargo, en esta última encuesta la situación se agravó aún más ya que la franja de los que tienen problemas para lograr su inserción laboral se extendió al grupo de entre 24 y 29 años, lo que diluye las razones de inexperiencia y devela un resentimiento en la oferta de trabajo.

El "núcleo duro"
Mientras la flexibilización laboral avanza y los salarios caen, el núcleo de los desocupados sigue en ascenso en el aglomerado del sur provincial. De acuerdo a los últimos datos del Indec, Rosario ocupó el segundo lugar en el triste ranking de la desocupación con un nivel del 20,2 por ciento sobre el total de la población económicamente activa.
Sobre las 111.553 personas que no tienen empleo, el 35% hace entre 3 meses y un año que está sin trabajo. Y el grupo más vulnerable son los jóvenes de entre 20 y 29 años de edad que suman la mitad de los desocupados que llevan nueve meses sin trabajar.
"Históricamente las tasas de desempleo en los jóvenes es la más alta, porque siempre hay muchas trabas para conseguir el primer empleo", explicaron los especialistas en temas laborales. Es el famoso cuento del huevo o la gallina, que revela las serias dificultades que existen para ingresar al mercado de trabajo en la región.
El alto porcentaje de desocupados entre la gente de 20 a 24 obedece generalmente a aquel grupo de personas que terminó su ciclo de estudios y no consigue insertarse en el primer trabajo.
Sin embargo, en esta última encuesta la situación se agravó aún más ya que la franja de los que tienen problemas para lograr su inserción laboral se extendió al grupo de entre 24 y 29 años, lo que diluye las razones de inexperiencia y devela un resentimiento en la oferta de trabajo.


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