El terreno barroso y un clima típicamente invernal, con una llovizna intermitente incluida, favorecieron en cierta medida a Leinster, que se sintió como en su propia casa. No obstante tuvo que apelar a todos sus argumentos para poder llevarse la victoria por 26 a 19, ya que el seleccionado menores de 18 años de la Unión de Rugby de Rosario también hizo los méritos suficientes como para llevarse el triunfo, cosa que no hubiera sorprendido a nadie. Tuvo la intención de jugar y además nunca bajó los brazos.
La producción de los rosarinos fue distinta en los períodos. En el primer tiempo, el seleccionado irlandés capitalizó muy bien los errores del conjunto local, sobre todo los que cometía en los últimos metros de la cancha, y sacó una diferencia importante.
Pero en el segundo tiempo Rosario repuntó y lo tuvo muy cerca. Llegó a arañar el marcador (21 a 19), pero en una de las últimas jugadas los irlandeses llegaron al try y pusieron las cifras definitivas al partido.
La labor de los chicos rosarinos fue más que meritoria, por eso al término del encuentro los técnicos Aldo Rovea y Rodrigo Crexell no podían ocultar su satisfacción.
"La verdad que para nosotros fue un partido muy positivo. Creo que fue importante haber jugado ante un equipo con los antecedentes que este tenía (N. de la R: hace unos días goleó al seleccionado M18 de Tucumán). Por nuestra parte, estábamos probando jugadores y quisimos ver a los 30 en acción, por eso no entramos con todo el poderío desde el minuto cero. No obstante creo que las primeras conclusiones son muy buenas", analizó Aldo Rovea, camino a los vestuarios.
Rodrigo Crexell, a su turno, tampoco ahorró palabras: "Me voy contento. Creo que el plantel entero se brindó de lleno por jugar un gran partido de rugby. Haberle jugado de igual a igual a un seleccionado como Leinster suma muchísimo. Creo que la mayor virtud que mostramos fue que no claudicamos nunca. No nos interesaba ganar el partido, importaba que jueguen y que se diviertan dentro de la cancha".
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La Ciudad
