Pablo Mihal
Antes del partido, los más memoriosos recordaban una y otra vez que la última ocasión en la que Jockey y Palermo Bajo se habían confrontado, al equipo rosarino le había costado muchísimo poder derrotar al cordobés y que incluso lo había hecho en los minutos finales. Ese dato, sumado a que en su historia reciente este mismo equipo se dio el lujo de dejar sin el invicto a La Tablada (el campeón de Córdoba) y de vencer al Tala dos veces lo tornó aún más peligroso. Encima Jockey presentaba un equipo sin ocho de sus habituales titulares. Pero el campeón del Litoral hizo gala de su escuela y si bien no mostró la solidez de otras tardes cosechó un importantísimo triunfo por 34 a 29 en el arranque de la edición 2001 del torneo del Interior, certamen cuyo cetro también ostenta el equipo de Fisherton. En el análisis frío del partido se puede decir que el line fue quizás la formación donde el verdiblanco tuvo los mayores problemas. Los envíos en la hilera tuvieron poca sincronización entre lanzador y saltador y se perdieron varias pelotas, sobre todo en el primer tiempo. Con respecto al scrum, los hombres de Jockey se vieron obligados a girarlo ya que el mayor oficio de los cordobeses complicaba la obtención. En ese sentido hay que tener en cuenta que la mayoría del pack fue conformado por juveniles (salvo Baraldi y Raimondi), jugadores casi sin experiencia en este tipo de encuentros. En cuanto a la ofensiva Jockey mostró su perfil más peligroso con los backs. Alejo Fradua y Nicolás D'Angelo mostraron capacidad, oportunismo y poder de definición y se erigieron como las figuras del encuentro. Sin embargo, hubo forwards que no se quedaron atrás como el caso de Bosco, Lorente y Baraldi (por dar algunos nombres) que fueron para adelante y jugaron muy bien con las manos. Los sistemas defensivos tuvieron algunas fisuras, que fueron muy aprovechadas por algunos jugadores de gran envergadura física como el Chevy Irazoqui o el wing Tomás Brouwer. El partido tuvo de todo y la emotividad también jugó su partido, sobre todo en los instantes finales cuando Palermo Bajo se lanzó al ataque y la defensa de Jockey tuvo que desdoblar sus esfuerzos para el conjunto cordobés no cumpla con su cometido. Una persistente llovizna se agregó como ingrediente extra, mientras que una seguidilla de fallos erróneos, tarjetas amarillas y un accionar caótico y confuso por ambos equipos hizo más dantescos los dramáticos instantes finales. En ese contexto llegó el final. Jockey ganó y puso primera en un difícil torneo. La próxima parada la tendrá en Mendoza, pero esa es otra historia.
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