El shock de la primera noche

Hugh Jackman fue el último actor en incorporarse a la filmación de "X-men", la película que cambió la historia del intérprete australiano. Jackman llegaba último y era su primer papel en Hollywood. La coincidencia de estas circunstancias hicieron que su primer día, en realidad noche, de rodaje fuese inolvidable para él.
"La primera noche que fui a trabajar en «X-men» fue un shock. El equipo ya estaba filmando y yo me incorporé después, por lo cual supongo que me impresioné más, al no haber estado allí desde el principio. La escena era en una estación de trenes y cuando llegué me encontré con un enorme despliegue de autos de policía, gente y luces. Pensé que me había equivocado, pero no, era ahí. Lo mismo me pasó con mi tráiler. Me dirigí al más chico que vi en el lugar y me aclararon que ése no era. Inmediatamente me llevaron al mío y fue otra sorpresa: mi tráiler era más grande que todo mi departamento. Fue impresionante y a la vez divertido", recordó el actor.
Después Jackman habló de su próximo filme, "Kate and Leopold", donde actúa junto a Meg Ryan. "Lo más difícil de hacer es la comedia, porque no tenés el feedback, no sabes si lo que estás haciendo va a resultar gracioso. Acabo de terminar la comedia «Kate and Leopold» con Meg Ryan y ahí aprendí lo que es una gran comediante. Ella lo es, porque sabe donde acelerar, donde hacer las pausas sin arruinar la gracia. Eso es un muy difícil porque uno no sabe si es gracioso. Se puede creer que sí y de golpe advertir en el tercer ensayo, por ejemplo, que todo el mundo está bostezando (risas)".
"Hacer reír es instinto puro -continuó-. En una película de acción o en una dramática sabés más o menos cómo vas; en la comedia no, cada vez que uno dice un parlamento es distinto y lo que uno cree que es gracioso no necesariamente lo es cuando lo ves filmado".