Barbie, la muñeca más famosa del mundo, es ahora libre de posar desnuda en fotografías sexualmente explícitas o en polémicos retratos artísticos, según dictaminó un juez de Los Angeles, EEUU, en lo que los expertos califican de "un golpe" contra el fabricante, Mattel Inc. El juez federal de distrito Ronald Lew dijo que los derechos de libertad de expresión del artista plástico Tom Forsythe superan a los de marca registrada y propiedad intelectual relacionados con la muñeca creada hace 42 años.
Forsythe fue demandado hace dos años por Mattel después que hizo parodias de muñecas Barbie en una serie de fotos que contenían un comentario social. "La decisión no quiere decir que cualquiera puede explotar ahora los productos de Mattel; significa que hay cierto espacio para los artistas que quieran usar un símbolo comercial que tiene un tremendo significado cultural, con fines de expresión artística", dijo el abogado de Forsythe.
La edición limitada de fotografías de Forsythe fueron tomadas en 1998 y usaron a Barbie en un intento por criticar el estereotipo de la mujer y la modificación de sus cuerpos.
Una Barbie perversa
Tom Forsythe se toma en solfa la superficialidad y la hipocresía del sistema norteamericano a través de una obsesiva serie de imágenes en las que las muñecas Barbie aparecen entregadas a todo tipo de perversiones sexuales, entre ellas.
"Las fotografías que hago critican no sólo el estereotipo que impone la propia muñeca Barbie sino los valores de consumismo que favorece", dijo Forsythe ayer en una declaración que publica el diario español El Mundo.
La todopoderosa multinacional Mattel, fabricante de las Barbies y número uno mundial en el sector del juguete, advirtió en varias ocasiones al artista de que cesara en su empeño en dañar la imagen de su producto estrella. En vista del caso omiso que obtuvo por respuesta, los abogados de la compañía interpusieron en 1999 una demanda contra Tom Forsythe, que no tardó en retrucar. "Nunca pensé que Mattel, que se dedica a degradar la imagen de las jovencitas con sus muñecas, volcara sus multimillonarios esfuerzos en proceder contra mí".
Cuando todo parecía a favor para que la empresa ganara su litigio, llegó ayer Ronald Crew, un juez de distrito de Los Angeles y dictaminó que "Barbie es legalmente libre de posar en las controvertidas y artísticas fotografías de Forsythe".
"La resolución no quiere decir que se abra la veda para explotar indiscriminadamente la imagen de los productos de Mattel, simplemente es un respiro para que los artistas que desean utilizar símbolos comerciales con tremendo significado comercial puedan hacerlo con fines exclusivamente artísticos", manifestó el abogado de Forsythe, Simon Frankel.
El artista, que comenzó a crear estas imágenes en 1998 y se ha lanzado a venderlas a través de su página web (www.creativefreedomdefense.org), se ha hecho famoso con piezas como Barbie misionera, en la que la muñeca está desnuda por la espalda y tiene una batidora eléctrica apuntando hacia su cuerpo de una manera sugestiva.
Barbie enchiladas la muestra desnuda y envuelta en tortillas mexicanas, bañada en salsa de tomate y tumbada sobre una barra de pan. Y Blue ice martini la presenta, una vez más, desnuda, pero esta vez sobre un vaso con martini. Tampoco escapa la célebre muñeca a ser esclava de todo tipo de parafernalia sadomasoquista.
Las últimas palabras, por ahora, del polémico artista han sido: «No soy la primera persona que parodia a esa muñeca, y no seré la última. La decisión legal supone una victoria para todas las feministas que critican el estereotipo de mujer que propone Mattel con estos productos tan abiertamente asépticos".
Transgresión recurrente
La empresa Mattel no da abasto a poner demandas por supuestos daños y perjuicios contra los diversos artistas que han colocado a Barbie en su punto de mira creativo. Así, Paul Hansen ya sabe lo que es litigar contra la compañía por dedicarse a vender 150 imágenes de esta muñeca luciendo modelos políticamente incorrectos. Mark Napier se atrevió a explorar el fenómeno cultural de la Barbie distorsionada en su web personal. Hasta la banda danesa de dance-pop Aqua vio cómo su éxito internacional Barbie girl era contestado por la multinacional.
También la editorial Seal Press se ha visto envuelta en este tipo de affaires al publicar el libro "Adiós, Barbie", que realiza un análisis en clave feminista de la muñequita en cuestión y los modelos que ha impulsado. Finalmente, Seal Press aceptó cambiar el título y la portada para evitar todo el calvario legal (y económico) que probablemente la acechaba.