Marcelo Carné
El ex dirigente montonero Roberto Cirilo Perdía está persuadido de que "la lucha social está nuevamente instalada en el país". Y si bien se encarga de aclarar que en su discurso no traza "ningún tipo de comparación en cuanto a reconstruir las formas de organización, ni métodos de lucha" que empleó la organización armada Montoneros en los •70, pregona a la vez que hoy resulta imperiosa "la construcción de una nueva fuerza social aún mayor que la que construimos en el •73". Según Perdía, ese nuevo movimiento político y social debe ser amplio: "Debe abarcar desde los piqueteros hasta la UIA", sostiene. Y hasta recurre a una cita bíblica al afirmar que de lo que se trata es de desenmascarar "al verdadero demonio que gobierna la Argentina: el capital financiero internacional que nos quiere engrupir con el cuento del riesgo país y el déficit cero". En su casa del barrio Guadalupe de la capital santafesina, el ex cabecilla montonero accedió a dialogar extensamente con La Capital. Sus días transcurren entre Buenos Aires, donde durante la semana trabaja en su profesión de abogado y en el gabinete del Rectorado de la Universidad de Lanús, y su Santa Fe natal, a la que retornó a vivir cuando fue indultado por el ex presidente Carlos Menem hace ya más de una década. -¿Usted cree que hoy es posible reconstruir Montoneros? -No sé si es posible reconstruir Montoneros. En todo caso lo importante es reconstruir el país. -¿Entonces desde dónde piensa usted que puede hacérselo? -Sin dudas con la construcción de una nueva fuerza social que sea capaz de cambiar la realidad. Y para transformar la realidad hace falta reunir más fuerza que la que llegamos a tener en el •73. -¿Y de qué manera se logra eso hoy? -Dándole sentido, contenido y dirección a la lucha social que hoy existe en el país. La lucha social está nuevamente instalada, hay que hacerla crecer, darle mayor fuerza y organización, y desde allí surgirán las identidades del futuro político del país. Yo comparo dos discursos que vi por televisión: por un lado, la señora Patricia Bullrich, y por el otro, el dirigente Cacho Berrospe del Movimiento Piquetero Teresa Rodríguez de La Plata. Mientras la ministra planteó como eje de su discurso respetar las reglas y las leyes, Berrospe planteaba la necesidad de darle poder a los trabajadores. Obviamente yo me ubico mucho más cerca de este discurso que del de la señora Bullrich, porque si respetar las reglas y las leyes es respetar la ley del déficit cero, no son reglas para la gente, sino las reglas para los que mandan, las reglas del capital financiero internacional y los timberos. Pero creo que tampoco alcanza con reconstruir el poder de los trabajadores. Lo fundamental es juntar al conjunto de las fuerzas sociales, del trabajo y de la producción bajo un principio fundamental: la necesidad de rediscutir un nuevo contrato social, o sea la base del país que hay que reconstruir. -¿A quiénes incluiría en esa convocatoria? -Sostengo que hay que incluir desde los piqueteros hasta la Unión Industrial Argentina, es decir todos los que de alguna forma son marginados de la capacidad para generar trabajo y producción para el país. Hay que terminar con el cuento del riesgo país y el déficit cero, cuando los planes Trabajar de todo el país no alcanzan a representar el diez por ciento de lo que se está pagando de más en intereses de la deuda por el megacanje. Hay una necesidad bíblica: pintar al demonio para que se lo vea; y el demonio en este país es el capital financiero internacional y sus organismos de crédito multilaterales. -¿Por qué no ha participado del relanzamiento de Montoneros que hizo Firmenich hace unos días? -Yo, obviamente, soy y me siento absolutamente montonero, como miles de compañeros. Pero no comparto la candidatura ni la forma en que se ha planteado esto. Creo que es importante construir ante todo alternativas y muchos viejos compañeros y distintas agrupaciones, montoneras o no, son parte del futuro que se viene. De todos modos el eje principal debe ser siempre la acumulación de poder en la propia construcción de las fuerzas sociales. En el •73 tuvimos una gran fuerza que resultó insuficiente y ahora debemos construir una fuerza aún mayor a la que tuvimos en aquella época. -¿Cree que es comparable la situación que se vive hoy con los •70? -Cuando digo construir una fuerza mayor no estoy haciendo ningún tipo de comparación en cuanto a reconstruir formas de organización, ni métodos de lucha. Simplemente estoy hablando de erigir una fuerza social con un objetivo muy claro que es hacer otro país, al cual hay que dar vuelta como una media. -Lo suyo puede sonar un tanto voluntarista... -Precisamente, no basta con mirar las cosas desde otro lugar, sino construir las fuerzas para poderlas mirar de otra manera. Se trata de construir esa fuerza social capaz de conducir a esa nueva realidad que después tendrá su identidad; yo no sé si será peronista, radical, montonera o piquetera. Tampoco interesa eso, sino que la identidad vendrá del que la imponga. -¿Cómo se posiciona respecto del surgimiento del ARI de Elisa Carrió o del Polo Social del padre Farinello? -Creemos que ambos son emergentes de toda esta situación y parte de lo que se viene. Aunque en el caso concreto de Farinello, su propuesta nos pareció demasiado electoralista y percibimos cierto macartismo en lo que se refiere a la teoría de los dos demonios respecto de los Montoneros. -¿No cree que esa idea respecto de lo que representaron los Montoneros en el pasado puede estar instalada en gran parte de la sociedad? -Puede ser que nuestra autocrítica no haya sido suficiente, pero la hicimos. En cambio, salvo la del general (Martín) Balza respecto del Ejército, yo no escuché la misma autocrítica de otros sectores de la sociedad. Por ejemplo, yo no escuché la autocrítica de los sectores del peronismo y el radicalismo que fueron cómplices de lo que ocurrió en el país, ni tampoco escuché las autocríticas de los empresarios que entregaron a las comisiones internas, ni de los medios de comunicación cómplices de la dictadura.
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