Los críticos indicaron que la medida dañaría una de las últimas grandes reservas naturales salvajes del continente, y a cambio EEUU sólo obtendría suministros de crudo para seis meses de aquí a diez años. Las organizaciones ecologistas critican ya desde hace tiempo los planes de Bush de perforar la reserva natural del noreste de Alaska. Es uno de los territorios protegidos más grandes del mundo y en él se encuentran varias especies animales en peligro de extinción.
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