Año CXXXIV
 Nº 49.171
Rosario,
domingo  08 de
julio de 2001
Min 13º
Máx 20º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Impuestos. Los economistas quieren una mayor correspondencia fiscal
Para Llach, lo primero que hay que eliminar es el IVA
Dice que es un gravamen totalmente distorsivo. Propone un tributo a las ventas finales

La intervención del ex ministro de Educación, Juan Llach, ahora integrante del Instituto Argentina de la Empresa (IAE), en la reunión de los banqueros, estuvo dedicada a desmitificar las "virtudes" del IVA, gravamen al que consideró "altamente distorsivo".
El economista señaló que el IVA tiene un claro sesgo antiinversión y antiexportación. Además, dijo, "atenta contra los procesos de producción largos, como los que caracterizan al sector agropecuario y la construcción, y los bienes transables".
Llach agregó, además, que es "el peor instrumento que ha existido en la Argentina respecto de las pymes".
Por su puesto, remarcó que su propuesta es la de reemplazar el IVA. Más aún, señaló que en varios de los países considerados del primer mundo ese impuesto no existe o bien tiene una alícuota muy baja.
"En Estados Unidos no existe, en Canadá la alícuota es de un 7% y sólo existe en algunas provincias un IVA provincial, Suiza tiene una tasa del 7,5% y Australia del 10%", indicó, y agregó: "En cuanto a los países asiáticos, Singapur tiene una alícuota del 3%, Taiwán y Japón del 5% y Corea del 10%".
La propuesta de Llach es establecer un impuesto al consumo o a las ventas minoristas. "Es como si hubiera un IVA a tasa cero en todas las etapas intermedias, toda venta mayorista quedaría excluida por definición", explicó. Reconoció que algunos servicios quedarían en una zona en la que habría compras que las empresas deberían justificar y reconocérselas porque son compras minoristas que se utilizan como insumo. Sus estimaciones son que sólo 3 ó 4% de las transacciones quedarían afectadas.
Llach consideró que la alícuota de equilibrio fluctuaría entre un 18,7% y un 12%, en este último caso si se eliminaran las exenciones y, estimando una evasión del 10%.
El economista propugnó, además, un cambio profundo en el sistema tributario para que exista una verdadera correspondencia fiscal. En otras palabras, que el gasto público local dependa de la recaudación local.
Esta idea de correspondencia fiscal, señaló, debería imitarse en la relación entre las provincias y los municipios. "De esta manera, en lugar del esquema de coparticipación, lo que tendríamos es un gran interés de cada jurisdicción por recaudar más y mejor", señaló.
Por eso rechazó la idea de un IVA provincial. "Los problemas administrativos para manejar este tipo de sistemas son extraordinariamente complejos, fuente de nueva burocracia y una invitación a inventar nuevas formas de corrupción".

Un sistema de redistribución
El trabajo contempla, para una etapa posterior, la transferencia de la recaudación del impuesto a los bienes personales a las provincias. También plantea un sistema de redistribución de recursos de las provincias más ricas a las más pobres, que tendría como base el nivel de necesidades básicas insatisfechas, pero adicionalmente se transferiría más a las provincias que más recauden respecto de su propia base.
O sea, "si quiero tener acceso a los recursos de ese sistema de transferencia, tengo que mostrar que estoy haciendo los esfuerzos para recaudar", finalizó.


Notas relacionadas
Crisis fiscal: la hora de las provincias
Avila: "No va más la política del fondo común"
Fiel quiere un cambio drástico en el sistema de coparticipación
Cómo bajar la presión fiscal
Diario La Capital todos los derechos reservados