Aunque llegaron a Argentina con una derrota a cuestas, los jugadores del club mexicano Cruz Azul confían en que pueden ganarle pasado mañana a Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores. "En el fútbol muchas veces la lógica no es la que marca el camino. Si al inicio nos ponemos 1 a 0, empieza un nuevo partido dentro del partido. Me parece que tenemos que salir con esa mentalidad", dijo ayer a los periodistas el mediocampista argentino de Cruz Azul Héctor Adomaitis. Boca Juniors se trajo media Copa en el bolsillo tras el triunfo por 1 a 0 en el partido de ida, disputado el miércoles en el estadio Azteca de la ciudad de México. Sin embargo, los jugadores del club cementero creen que aún no está dicha la última palabra. "Será un partido dificilísimo, pero este equipo está en la final. No tenemos miedo de lo que pueda pasar", dijo por su parte el argentino Angel Morales, quien pese a sufrir un fuerte estado gripal no tendrá problemas para jugar. "Va a ser un partido cerrado, jugado a muerte. Tenemos que prepararnos para jugar una gran batalla futbolística", agregó. El plantel de Cruz Azul arribó el domingo a la Capital Federal, donde pasado mañana definirá ante Boca, en el estadio la Bombonera, el título de la 42ª edición de la Copa Libertadores. "Es difícil pero no imposible. Son 90 minutos en los que todavía puede pasar mucho y cualquiera puede ganar", dijo confiado el técnico mexicano José Luis Trejo. Aunque reconoció que su equipo no jugó bien en el partido de ida, advirtió que el encuentro del jueves "puede ser muy diferente, hay que jugar el resto acá y tratar de ganar".
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