Fernando Gabrich
Fue el choque de dos estilos diferentes. De formas muy diferentes de vivir, de pensar. Y, como lógica consecuencia, de jugar al fútbol. Por un lado, el frío, aguerrido y combatiente mundo checo. En el otro, el cálido y pintoresco universo angoleño. Y el resultado del enfrentamiento no tuvo vencedores ni vencidos. A pesar de que en el balance República Checa dejó la sensación de ser más. A pesar de que Angola tuvo de su lado a los más de 3.000 espectadores que desafiaron el terrible viento sur y se hicieron presentes en el Coloso de Parque. A pesar de todo, el primer partido del grupo D del Mundial Sub 20 fue empate en cero. Un aburrido empate que postergó los festejos para el partido que viene. República Checa presentó, en el debut, el libreto que todos esperaban. Y Angola también. Los checos salieron al campo tratando de imponer un fútbol estructurado, con pelotazos y una gran resistencia física, mientras que los angoleños sacaron a relucir un juego que priorizó el traslado de la pelota a través del buen manejo de Gilberto y Mantorras. En los primeros minutos parecía que el roce europeo se iba a imponer sobre el traslado africano. El juego por izquierda de Sirl, y las apariciones de Macek y Pesir llevaron un poco, no mucho más eso, de peligro al arco del seguro Lama. Pero después de los 10 minutos, Angola entró en calor y comenzó a manejar las riendas del partido. Y ahí se vio lo mejor del equipo dirigido por Oliveira Gonçalves. Gilberto y Chinho demostraron que saben cómo tratar a la pelota y Mantorras esbozó algo de todo lo que se dijo sobre él. Pero faltó contundencia y sobró tibieza en el equipo angoleño. Y así, se fueron al descanso sin poder festejar. Haciendo gala de su resistencia física, los checos se hicieron dominadores de la segunda parte. Angola, quien sabrá porque, dejó en el vestuario el libreto que había practicado en la etapa inicial, retrasó su líneas, dejó solo a Mantorras para pelear con la inalterable línea de cuatro europea y se olvidó del arco rival. Entonces, República Checa se vio obligado a tomar la iniciativa y lo hizo, pero con su habitual disciplina y poca imaginación. Así y todo, lo pudo haber ganado, pero las escasas situaciones que creó chocaron con el siempre seguro Lama. Y así se llegó al final, con un empate que no dejó vencedores ni vencidos.
| |