Pese a la falta de precisiones y la profusa redacción de reglamentación de normas, el conjunto de medidas anunciado por el gobierno nacional contiene un duro golpe contra el empleo y el bolsillo de la población con el único objetivo de paliar las urgencias fiscales.
Toda la maraña de normas que se van a implementar conllevan un elemento adicional que implica un difícil contralor por los entes oficiales.
La intención es bien clara: se trata de cerrar las fugas que pueda presentar el frente fiscal. El ministro de Economía, Domingo Cavallo, ató los ingresos previsionales a la integración del IVA. El objetivo de máxima es conseguir un blanqueo del empleo en negro y de la economía informal. Dicho de otra manera, el que quiera beneficiarse con una baja de la carga fiscal deberá blanquear a sus trabajadores y su facturación, para poder deducir las contribuciones patronales del saldo de IVA.
Pero no existen medidas en todo el paquete que muestren estímulos al consumo por parte de la población. Es más, muchas de ellas apuntan a desmejorar la situación de los trabajadores. El incremento de los aportes patronales generará una mayor turbulencia y conflictos laborales, en medio de una de las mayores tasas de desempleo de la historia y de altos niveles de empleo informal.
Al mismo tiempo, el gobierno dispuso eliminar la exención del IVA al transporte público de pasajeros y la implementación de un boleto multimodal sin determinar aún quien se hará cargo del costo de instalación del nuevo sistema.
En alza
El transporte será gravado con el 10,5 por ciento, lo que supone un incremento de costos para los sectores de más bajos recursos y la tarifa se podría ver aún más aumentada como consecuencia del nuevo sistema.
El resto del paquete apunta a lograr una mejora del tipo de cambio efectivo para las exportaciones y un incremento para las importaciones, como consecuencia del nuevo esquema de convertibilidad ampliada con el Euro.
Las autoridades no detallaron que ocurrirá con el régimen de admisión temporaria de importaciones que se aplica en los procesos de terminación de bienes intermedios, para luego ser exportados.
Si lo que se pretende es reactivar la industria local, no se entiende muy bien la rebaja del arancel de importación para bienes de consumo.
Apenas si la modificación en el perfeccionamiento del hecho imponible en el IVA mejora la posición financiera de las empresas, cambiando el devengado por el percibido.
El paquete no apunta a mejorar el nivel de consumo y coloca en una situación mucho más vulnerable a la población de menores recursos, todo ello para mitigar la endeble situación fiscal.