Mario Candiotti
México DF (enviado especial)._ Central salió bien parado del estadio Azteca. Y aunque cualquiera puede rebatir este argumento con la contundencia del 2 a 0, quedó claro que cuando los auriazules se lo propusieron, cortaron el ritmo de un equipo que aprovecha la ventaja de jugar en la altura y le imprime un ritmo infernal a su juego, ventaja que casi nunca los visitantes poseen, simplemente por una cuestión natural. Cuestiones físicas, cuestiones del juego mismo, lo definitivo es que Central no tiene nada perdido, si bien ahora tendrá la presión de dar vuelta un resultado, que incluso pudo haber sido un poco más holgado. Bauza ya está ensayando la fórmula para la revancha. Primero, saldrá con dos puntas y también, casi con seguridad, meterá dos enganches para tener más volumen de juego. Incluso es consciente de que Cruz Azul no le meterá tanta presión a su juego, aunque factores como la concentración y el buen trato de la pelota serán fundamentales. Antecedentes de que el Cruz Azul no se achica de visitante hay varios, y quizás el más contundente sea el partido de cuartos de final en el Monumental, donde River no pudo quebrar a una defensa que, pese a todo, no parece ser el punto más fuerte cementero. Central va a arriesgar más y, con una línea de tres defensores, puede quedar expuesto a las contras de un Cruz Azul que tiene una dupla que juega de memoria, casi sin mirarse, como Palencia y Cardozo. Pero pensar que Cruz Azul es sólo su ataque es caer en un error conceptual. Matute Morales, el brasileño Pinheiro, el mismo Hernández, Adomaitis -si llegar a ser titular- son algunas de las variantes que presenta José Luis Trejo. Cruz Azul está agrandado y tiene hambre de campeón, más allá de que si gana se llevará la Libertadores no está habilitado, por ahora, jugar la Copa Intercontinental. Para los auriazules deberá ser fundamental no estar desatentos. Pensar en el arco de enfrente a veces provoca que se lo haga poco en el de uno. Tombolini está pasando un muy buen momento, el Cata Díaz y Loeschbor también, pero no hay lugar para el mínimo descuido. Los movimientos casi obligados en el medio por una cuestión de cambio de planteo deberán ser bien pensados. Central deberá tener todo aceitado no ya para ganar, sino para intentarlo. Nada garantiza que la historia se dé vuelta con sólo desearlo. Los canallas deberán mostrar que tienen jerarquía para remontar un resultado adverso, más allá de que lo hecho en el Azteca haya sido más productivo y digno que lo exhibido por River en cuartos de final, por ejemplo. El resultado no termina de sentarle bien a ninguno de los dos. Más allá de que el 2-0 es una ventaja considerable, Cruz Azul debe estar lamentando no haber hecho, al menos, un gol más. Central , en tanto, sabe que no es imposible. Pero es innegable que tiene toda la presión de ganar por tres goles para pasar derecho a la final. O al menos por dos para alcanzar los penales. Y aunque la balanza se incline hoy por hoy a favor de los mexicanos, un partido de pronóstico muy incierto se presenta en el horizonte del Gigante.
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