El Club del Orden de Santa Fe, uno de los más antiguos del país, supo concentrar una alta actividad política en los siglos XIX (era frecuentado por los convencionales de 1853) y XX. Sin el empuje de entonces, todavía concentra apellidos ilustres: Molina, Cabal, De Iriondo, Iturraspe, que algunos vinculan al denominado patriciado santafesino. El presidente del Club del Orden es Antonio Iturraspe Cabal, quien tiene la convicción de que "Rosario y Santa Fe debemos unirnos más. Para nosotros, como santafesinos, es un orgullo contar en la provincia con una ciudad de la importancia de Rosario. Creemos que Rosario debería tirar para que Santa Fe crezca un poquito más, porque las cosas en conjunto llegan". -Pero Rosario banca con sus impuestos a Santa Fe. -No creo. Me gustaría que ustedes vengan a Santa Fe. Rosario tiene más empuje, más industrias, más vida. Santa Fe no, por lo tanto, no podemos ayudar a Rosario. Lo único que nos queda como santafesinos -yo soy uno muy antiguo- es prestarle apoyo a Rosario para que siga creciendo, así nos da una manito a nosotros. Rosario y Santa Fe juntas, la provincia de Santa Fe en definitiva, que es una de las mejores, debe marchar unida. Acá no hay nada contra Rosario. El cariño de Santa Fe hacia Rosario se mantiene. Estaríamos chochos si mañana un rosarino es gobernador, y más si llega a ser presidente de la República. -¿Usted cree que desde la Gobernación provincial las dos ciudades son atendidas de la misma manera? -Quizás Rosario debiera serlo un poco más porque es más grande, pero no hay que olvidar que Santa Fe es más chica y necesita más apoyo. Como en una familia, el padre debe ayudar al que menos tiene; darle más a este hijo para que pueda nivelarse. -¿Cómo define usted a la ciudad en la que vive? ¿Una ciudad que corre al pulso del empleo público? -Si, eso es cierto. Santa Fe vive del empleo público y quizás sea eso lo que moleste a los rosarinos; es factible entonces que se le saque a Rosario para poder ayudar a Santa Fe. Es como un padre de familia, le repito: siempre hay que darle más al que menos tiene. A Rosario le sobra y a nosotros nos falta. Fíjese Rafaela, la perla del oeste: está invadida de chaqueños y bolivianos. En la periferia de Santa Fe son todos del norte y sin trabajo. La Nación debería darle un poco más a esa gente para que no emigre de sus provincias. -Las estadísticas señalan que muy pocos rosarinos llegaron a la primera magistratura santafesina ¿Por qué será? -Si se dirimiera por votos nos tendrían que ganar, porque tienen más habitantes; así que esa no es la cuestión. Para mí, al rosarino no le interesa tanto la política, no es tan político como el santafesino. Es más práctico, le importan más los negocios, ir para adelante. -¿Por una cuestión ancestral? -Indudablemente. Pero hay otros motivos: está más cerca de Capital Federal, hay más movimiento, más industrias, más trabajo, la calidad de los campos es muy superior. Todo eso influye en la vida diaria de la ciudad. La Facultad de Medicina está en Rosario, no en Santa Fe. Las grandes urbes atraen más a la gente. Insisto: debemos unirnos y trabajar en conjunto porque la Argentina es pura cabeza y ella está en Buenos Aires. Lo mejor que producen las provincias lo toma Buenos Aires. Mientras esté la Capital Federal, y el gobierno central allí, ese es el lugar donde todo va a parar. Lo primero que hace un diputado nacional de cualquier provincia es comprar un departamento en Buenos Aires; y cuando termina el mandato se queda a vivir ahí. -Buenos Aires parece un imán. -Que padecemos todos. Todo el mundo quiere vivir en Buenos Aires. Rosarinos y santafesinos tenemos que patear todos para el mismo arco, no pelearnos. Santa Fe es una sola provincia y la ciudad de Santa Fe es la capital porque se fundó antes; no hay otro motivo. No tenemos nada en contra de Rosario. Yo estoy orgulloso de tener una ciudad como Rosario, porque con su empuje logró estar entre las principales del país. -Pero en Rosario los funcionarios dicen que Santa Fe debe entender, cuando habla de la pobreza, que Rosario concentra mayor número de pobres: los habitantes de las villas no bajan de 150 mil. -Pero acá hay muchísimos también, y con menos perspectivas. Hay barrios enteros que son villas, bolivianos, chaqueños. Las dos ciudades tienen villas, pero algo tenemos que hacer. Las provincias más pobres deben estar más asistidas por la Nación. Acá no hay trabajo. -¿Cómo lo ve a Reutemann? -Como una persona honesta que está haciendo todo lo que puede. No puede más porque el gobierno nacional no nos ayuda. Es humilde, trabajador, un gran gobernador que no merece ningún reproche. D.L
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