Mientras el municipio de Rosario invierte en salud pública 70 millones de pesos anuales, la ciudad de Santa Fe no cuenta siquiera con una secretaría de Salud municipal, ya que a sus hospitales y dispensarios los mantiene íntegramente la provincia. Es decir, todos los santafesinos, incluso los que viven en Rosario. El Ministerio de Salud provincial destina nada menos que 111,9 pesos por habitante a la salud en la ciudad capital, mientras que a Rosario gira 37,19 pesos per cápita.
La distribución geográfica del presupuesto que maneja el Ministerio de Salud santafesino no es más que un ejemplo de cómo el Estado provincial invierte sus recursos privilegiando sistemáticamente al departamento Capital por sobre el resto de las localidades, un privilegio que se sostiene con los impuestos de toda la población.
La Municipalidad de Santa Fe destina el 75 por ciento de su presupuesto al pago de salarios, por lo que muchos de los servicios y obras públicas son solventados directamente con fondos provinciales. Tan así es que esa Municipalidad no posee hospitales, ni dispensarios propios, ni gasta en medicamentos, ni paga sueldos a médicos ni sostiene una estructura administrativa y operativa para garantizar la salud de sus habitantes. Claro, todo el gasto de salud en la capital santafesina corre por cuenta del presupuesto provincial, que se nutre de los impuestos que pagan los santafesinos.
Desproporción histórica
Un informe estadístico al que accedió La Capital sirve para comprender la desproporción en el gasto que la provincia hace en la ciudad capital. Un criterio de distribución presupuestaria que, según el propio Ministerio de Salud, se viene manteniendo históricamente.
Según ese informe, la ciudad de Santa Fe, donde reside el 20 por ciento de la población provincial, recibe el 38 por ciento de los fondos con que cuenta la cartera sanitaria.
Por el contrario, Rosario -que tiene el 45 por ciento de la población provincial- recibe el 29 por ciento del presupuesto de ese ministerio.
Traducido en dinero constante y sonante, esto significa que la ciudad de Santa Fe recibe 68,5 millones de pesos por año contra 51,5 millones que el Estado provincial gira a Rosario.
En ambas partidas se incluyen sueldos, gastos operativos y prestaciones médicas en los hospitales provinciales, tanto de la ciudad capital como de la comuna local.
Esta transferencia de dinero indica que para la zona VIII de Salud (que abarca la región del Gran Rosario) se invierten 37,19 pesos por habitante. Por el contrario, en Santa Fe (zona V de Salud) el monto asciende a 111,90 por ciudadano.
Un municipio a medias
La asimetría en la distribución de partidas tiene una explicación, aunque no muy lógica. La Municipalidad de Santa Fe no tiene ni dispensarios ni hospitales propios, sólo invierte una pequeña suma en el mantenimiento de una red de ambulancias denominada Covem, que cuenta con unos cien agentes para su funcionamiento. Este servicio sólo se encarga de derivar pacientes a los hospitales provinciales Cullen, Iturraspe, Mira y López, Alasia y Zallago.
Al compararse los presupuestos de la capital y Rosario subyacen más contrastes. El municipio de Santa Fe tiene un presupuesto anual de 110 millones de pesos, de los cuales el 75 por ciento se destina a pagar los salarios de sus 3.800 agentes.
Rosario, en cambio, maneja un presupuesto anual de 298 millones, de los cuales 70 millones recaen en la Secretaría de Salud Pública municipal para el mantenimiento de seis hospitales propios, un centro de especialidades médicas, 47 centros de salud, más su correspondiente estructura política y administrativa.
La Ciudad
