Esos dos muchachos no tienen que viajar más", sorprendió el director técnico Edgardo Bauza a Ovacion, con su teoría sobre ciertas influencias funestas de sus fieles ayudantes, el Camello Di Leo y el profesor Mur, que se quedaron en Rosario practicando con el equipo de la Copa, apenas sus jugadores terminaron de ganarle trabajosamente a Gimnasia. En realidad, el Patón estaba más contento que un pibe con el regalo de Reyes y no se cuidaba de ocultarlo en lo más mínimo. Su cara hablaba por sí mismo, en esas pequeñas grandes alegrías que de vez en cuando el fútbol le regala a su gente, desde el técnico hasta los jugadores y el último de los hinchas que sufre hasta por radio. Ese era el clima que respiraba todo Central en el pequeño vestuario visitante de la vieja cancha de Gimnasia, donde no había lugar para tamaña alegría. Apenas si el Patón cerró su celular luego de recibir la llamada del tesorero Jorge Sauan cuando comenzó a hablar con este diario y fue rodeado por un pequeño comando de cronistas, a los que respondía como si no hubiera ninguna idea que pudiera borrarle la sonrisa ancha. -¿Tuvieron la suerte que no tenían antes? -Tuvimos quizá un poco de suerte como no tuvimos antes, pero yo no le achacaría todo a la suerte únicamente. Nosotros también tuvimos oportunidades y contamos con la ineficacia de ellos para definir y que la línea de cuatro y el arquero jugaron un muy buen partido. Sabíamos que la íbamos a pasar mal porque de arriba era demasiada la ventaja que tenía Gimnasia por el promedio de altura. -Pero ganaron con un gol de cabeza. -Bueno, es una paradoja. Pero nosotros hicimos un partido inteligente para tratar de sacarles ritmo y de contrarrestar el juego aéreo tratanto de jugar. -Llamó la atención la cantidad de situaciones que tuvieron ambos equipos. -Sí, en el primer tiempo tuvimos dos o tres muy claras, mano a mano con el arquero. Y ellos también, Gimnasia iba a buscar y nosotros manejábamos bien la pelota y salíamos en contraataque. -¿Por qué no pueden ganar un partido tranquilos?
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