Sergio Faletto
Las partidos decisivos transcurren en el desarrollo de la Copa Libertadores y los nuevos desafíos se presentan harto difíciles, porque la jerarquía de los adversarios es directamente proporcional a la fase por dirimir. De cara a los cuartos de final, la expectativa de los protagonistas crece con el nerviosismo lógico que genera jugar cosas importantes. Y ahí está Central, transitando los días entre la pasión y la ansiedad. Días previos en los que el pesimismo y la confianza confrontan sin pausa. Esperando el desenlace para después conocer la proyección. Central recibe este martes a América de Cali para dirimir a un semifinalista. No hay dudas de que de este enfrentamiento, que durará 180 minutos, dependen muchas cuestiones. Económicas y deportivas. En este contexto, la continuidad de Edgardo Bauza como entrenador del plantel está íntimamente ligada a la suerte del equipo en la Copa, porque de no ser por esta buena performance en el torneo continental el cuerpo técnico quizás ya habría sido desplazado debido a la magra campaña realizada en el Clausura. Si bien se presenta como perverso o injusto el método de un resultado para determinar la continuidad de un entrenador, sabido es que esto forma parte de las reglas. También la cuestión económica gravita en el futuro, porque clasificar a semifinales representa el ingreso de 720.000 dólares más, sin contemplar la suculenta recaudación que obtendría el club en esa instancia. Pero antes de evaluar la permanencia del cuerpo técnico y de calcular los recursos monetarios, Central tiene en América de Cali a un complicadísimo adversario, al que primero tendrá que vencer este martes, después tratar de hacerlo por la mayor diferencia posible, y por último defender esta ventaja con uñas y dientes en la revancha en Colombia. Ante este complejo desafío frente a los caleños, los canallas deben ser conscientes de que ya no queda margen para el error. De ahora en más el que se equivoca, pierde. Por lo que tendrán que actuar con la máxima concentración y orden, evitando perder el sentido común como lo hicieron ante Cobreloa, en cuya ocasión pagaron un costo más que alto con las expulsiones de Cuberas, Lequi y Vitamina Sánchez, quienes no podrán estar en este trascendental choque, en el que el rival tiene un poderío considerablemente superior al exhibido por los chilenos. Central vive con mayor intensidad el clima copero. Lo que viene no es fácil. Pero tampoco imposible. Y esto es concebido por su gente que ya goza y sufre la serie ante América de Cali.
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